El entorno de Jorge Sampaoli aún no sabe si tendrá tiempo para descansar, después del extenuante paso por la Copa del Mundo. El entrenador aún no ha dado señales de cuándo se tomará vacaciones. Y mientras no tenga claridad respecto de su descanso, mantendrá su exigente rutina.
El argentino va diariamente a Juan Pinto Durán. Y realiza una jornada de trabajo parecida a la que tenía durante la preparación para el Mundial. Ingresa al complejo deportivo de Macul cerca de las 7.30 y se retira más allá de las 17 horas.
En ese lapso, dedica gran parte del tiempo a la revisión de los partidos de Brasil 2014. No sólo a los que se están disputando por los cuartos de final del certamen, sino que también ha repasado, con mucha detención, toda la participación de Chile. En ese trabajo, lo acompaña su ayudante, Sebastián Beccacece, quien también toma apuntes respecto de las fortalezas y virtudes que mostró la Selección y, también, de las que luce el resto de los equipos, particularmente los combinados sudamericanos con los que podría medirse en la Copa América 2015, la próxima meta.
El encuentro de la Roja ante el Scratch, que significó la eliminación del certamen, lo ha revisado varias veces durante los últimos días. "Nos puede dar el puntapié a la intención de equipararnos con aquellas potencias que, en el paso de la historia, han resultado ser extremadamente superiores", reconoció, ayer, en el encuentro que sostuvo con los medios de comunicación, en Quilín.
Esa conclusión también la extrajo de los choques que frente a potencias como España y Holanda, rendimiento que alimenta aún más la esperanza de lograr el título continental que se disputará en Chile el próximo año: "El paso que ha dado este grupo de jugadores da la ilusión de que pueda llegar a pasar".