Parecía que por fin Jorge Valdivia se reencontraba con el fútbol en Palmeiras. En su vuelta a la canchas, tras un mes ausente por un desgarro en el muslo derecho, el volante dejaba su sello en la remontada ante Flamengo con una asistencia para el empate 2-2.

Sin embargo, como marca su carrera, otra vez no pudo con su genio. A nueve minutos del final del partido, Valdivia, quien había ingresado tras el descanso, pisó a un rival en el suelo, lo que le valió la expulsión por parte del juez Anderson Daronco. Así, una vez más, volvía a quedar en el centro de la polémica.

"Tuve una reacción estúpida, absurda. Dejé el pie en su espalda. Aunque nunca fue un pisotón, sí lo golpeé. Fue una cosa infantil, una cagada. Lo siento, me equivoqué", reconocería el mediocampista, que desde que acabó el Mundial apenas suma 56 minutos con la camiseta de Palmeiras, de los 1.170 que ha disputado el equipo en este segundo semestre. De hecho, sólo ha visto acción en dos encuentros y ahora no se sabe cuando estará de regreso, a la espera de la suspensión que le aplique el tribunal de disciplina.

Claro que a la sanción deportiva que le apliquen también se podría sumar una de parte del técnico Dorival Junior. De hecho, tras el partido, el propio entrenador dejó muy en claro que se trató de una torpeza. "Lo resolveremos de manera interna. Él sabe que se equivocó. Venía sufriendo una serie de faltas, pero eso no lo exime de la culpa", agregó.

La maldición del Mundial

Si su paso por Brasil 2014 le dejó un amargo sabor de boca a Valdivia por las pocas chances que tuvo para jugar, que influyó incluso en su renuncia al combinado nacional, lo que vino después se asemeja a un libreto de una película de terror.

A poco de terminar su participación en el Mundial, el volante se embarcó rumbo a Emiratos Árabes, para fichar por el Al Fujairah. Sería su segunda etapa en el fútbol de Medio Oriente, tras la experiencia en el Al-Ahin. Sin embargo, pese a que incluso fue presentado de manera oficial por el club, finalmente la operación no se concretó y debió regresar a Sudamérica.

Su vuelta a Palmeira no estuvo carente de polémicas. En su primer partido oficial tras la Copa del Mundo, el pasado 17 de agosto, apenas pudo estar 20 minutos en la cancha antes de salir por un desgarro. Aunque en un principio el jugador acusó fractura de nariz como el motivo principal de su sustitución, los medios brasileños lo acusaron de ocultar la verdadera razón, lo que posteriormente sería confirmado por el propio club.

Un mes tardó Valdivia en recuperarse de aquella lesión. La posición del equipo en la tabla, donde marcha antepenúltimo con serio riesgo de descenso, exigía su presencia ante Flamengo. Pero la historia otra vez terminó mal para el chileno. Y su leyenda negra sigue creciendo.