El viernes pasado, Jorge Valdivia volvió a ingresar a Juan Pinto Durán. Tuvieron que pasar 13 partidos de la Selección para que retornara a ese lugar. Un escenario que, hasta la llegada de Juan Antonio Pizzi, parecía que nunca le cerraría las puertas. Hoy, sin embargo, su presencia, antes de cada citación, es siempre incierta.

El Mago quiere recuperar el protagonismo, pero le cuesta. Ya no es el mismo. Se esfuerza al máximo en cada práctica pero, al ojo de Pizzi, no le alcanza. Su despliegue físico no logra convencerlo.

En el plantel celebran su retorno. Lo respaldan cada vez que pueden, sin siquiera mencionar su merma física. No se cansan de alabarlo en las conferencias de prensa e, incluso, se atreven a desafiar a la autoridad del técnico pidiendo públicamente su retorno cuando no era considerado.

Lo cierto es que el ex Colo Colo ya no es el mismo. El cuerpo técnico así lo percibió durante las últimas prácticas y, pese a que la lesión de Pablo Hernández frente a Ecuador le abrió una posibilidad de ingresar como titular, Macanudo optó por alinear a Nicolás Castillo. El delantero formado en la UC se ha ganado un espacio en la pizarra de Macanudo. Más aún cuando en la final ante Argentina, por la Copa Centario, pidió patear un penal en la definición. "Tiene virtudes y cualidades para poder representarnos, tiene la energía que da la juventud y es una opción que podemos utilizar", dijo el santanfesino.

Déficit notorio

Los días de Valdivia en Santiago han sido intensos. En el amistoso ante la Sub 18, este viernes en Juan Pinto Durán, y que sólo contó con los suplentes en la derrota ante Ecuador, no pudo marcar grandes diferencias, pese a su entusiasmo. Es cierto que los pases entre líneas siguen intactos, pero cada vez le cuesta más aguantar el balón, y la presión que ejerce la marca rival lo ahoga con facilidad.

En los ejercicios físicos, que siempre están a cargo de Alejandro Richino, Valdivia intenta no quedarse atrás. Sus ganas son valoradas por el cuerpo técnico, que no se cansa de motivarlo, aunque asumen que la poca exigencia del fútbol de Emiratos Árabes Unidos comienza a pasarle la cuenta. Los trayectos cortos, a gran velocidad, siempre lo dejan en las últimas posiciones.

Este domingo, luego de realizar una sesión de gimnasio voluntaria antes de la práctica, donde estuvo acompañado de Arturo Vidal, recibió el fatídico peto amarillo, en el que se ratificaba su suplencia. En ese momento, la ilusión del Mago de ser titular se esfumó. Sus ganas de seguir luchando, sin embargo, siguieron intactas. Recuperó balones y hasta se dio el gusto de meter un pase gol, que terminó en anotación de Junior Fernandes.

Y durante el entrenamiento vespertino de ayer, donde volvió a ser alineado como reserva, dejó la práctica apenas transcurridos 30 minutos, acusando una molestia muscular que, de acuerdo con lo expresado desde el cuerpo médico, no le impediría estar en el banquillo frente a los peruanos.

En conferencia de prensa, Juan Antonio Pizzi se refirió a la situación del 10. "Sus cualidades están claras, no le pediremos cosas que no pueda hacer. Lo proyecto en la creación, en la filtración del último pase", cerró.