Todos conocen a Jorge Valdivia como el Mago. En más de alguno de sus equipos, sin embargo, también le decían Loco. Y fue quizás en la selección chilena donde más honor le hizo a ese apodo. El desequilibrio, mezcla de días brillantes y días oscuros, fue la tónica su historia en la Roja.
Valdivia debutó en la adulta el 18 de febrero de 2004, en un amistoso ante México, disputado en Los Angeles, que terminó 1-1. Reemplazó a Nicolás Córdova, a los 46 minutos. Desde entonces, su relación con la Roja ha estado marcada por altos y bajos. Obviamente, sus actos de indisciplina están en la retina de los hinchas y eclipsan sus momentos más espectaculares.
El primero de ellos fue el Puertordazo, cuando seis seleccionados nacionales celebraron la clasificación de Chile a cuartos de final de la Copa América de 2007 en el hall del hotel de concentración. Junto con Jorge Vargas, Pablo Contreras, Reinaldo Navia, Rodrigo Tello y Alvaro Ormeño, bebieron alcohol en las habitaciones y luego, cuando bajaron al comedor, se lanzaron láminas de jamón y acosaron a una de las camareras.
El hecho les costó una sanción de la ANFP de 20 partidos. Tiempo después, con el arribo de Marcelo Bielsa a la banca, la pena fue reducida a la mitad. "Jorge debió renunciar antes a la Selección. El fue y será un genio, un privilegiado y, por lo mismo, mucha gente lo justificó por su talento. Pero Valdivia jamás fue indispensable en la Selección. Nadie jamás se atrevió a criticarlo, salvo Borghi", comenta el ex defensa Jorge Vargas.
Problemas con Borghi
El martes 4 de octubre de 2011, Valdivia y Jean Beausejour fueron acusados de visitar el café Tavelli de Manuel Montt en estado de ebriedad. Tres días después, la Roja visitaba a Argentina por la primera fecha de las Eliminatorias.
Pese a la denuncia, Borghi respaldó a los jugadores, quienes fueron citados al duelo con la Albiceleste. Los futbolistas, en tanto, se defendieron diciendo que sólo fueron a tomar desayuno al local.
Pero el Bautizazo del 8 de noviembre de 2011 se llevó todas las portadas. Valdivia festejó el bautizo de un hijo y en la celebración junto con Carlos Carmona, Arturo Vidal, Jean Beausejour y Gonzalo Jara a todos se les pasó la mano con el trago. Llegaron tarde a la concentración en Pinto Durán y allí los cinco implicados tuvieron un fuerte cara a cara con Bravo, Sánchez, Medel y Suazo. Este último les reclamó al volante y a los demás que el resto se estaba esforzando y dejando de lado a la familia por la Roja. Los rumores hasta hablan de que Jara corrió ebrio con un banderín de las canchas de entrenamiento.
Borghi los recriminó. "Mientras yo siga aquí ustedes no vuelven", les dijo. Vidal, Carmona y Jara le ofrecieron disculpas al DT. El Mago, no. Aquello lo mantuvo lejos de las nóminas y el quiebre entre el jugador y el DT se acrecentó. Encima, los implicados recibieron un castigo de 10 partidos, apelable a los cinco. El ex Palmeiras fue nominado 16 meses después por Jorge Sampaoli. No apeló y nunca más volvió a hablar con Borghi. La herida aún no está cicatrizada.
Su adiós con el combinado nacional fue más amable. Nominado a Brasil 2014, anotó un gol en el estreno, en el triunfo por 3-1 sobre Australia.