América Latina tal y como era conocida desapareció, así como sus dictadores, su realismo mágico, su exotismo y sus guerrillas, y para reconstruirse debe buscar la democracia y la integración, dijo el escritor mexicano Jorge Volpi antes de presentar hoy en Bogotá su ensayo El insomnio de Bolívar.
A juicio del escritor mexicano, Latinoamérica desapareció para el mundo, porque ya no es el lugar de las dictaduras ni de las guerrillas, con excepción del "dramático" caso colombiano, y tampoco de las historias fantásticas retratadas en el Macondo de Gabriel García Márquez.
"Ha perdido esa visibilidad mundial porque se ha vuelto normal. Y esa normalidad está determinada por su, cada vez mayor, similitud con las naciones de Occidente (Europa)", aseguró el escritor en la capital colombiana, adonde viajó para participar en la XXII Feria Internacional del Libro de Bogotá, de la que su país es invitado de honor.
El autor mexicano se refiere de esta manera a algunos de los temas de su ensayo literario El insomnio de Bolívar, en el que tomó como pretexto el inicio de las celebraciones del Bicentenario de las independencias latinoamericanas, para analizar qué ha llegado a ser y hacia dónde se dirige el proyecto que un día soñó el Libertador.
En este libro, una de las novedades de la Feria de Bogotá, que termina mañana, Volpi aborda temas polémicos, como la evolución de la democracia, los líderes de la región, el narcotráfico y los asuntos locales que trascienden las fronteras.
Y es que para el autor de En busca de Klingsor (1999) y El jardín devastado (2008), es necesario aprovechar la celebración del Bicentenario no sólo para rememorar el pasado, sino también para analizar lo que será el siguiente siglo para el continente.
Por eso puso en labios de Simón Bolívar la frase: "Una América unida, menudo disparate", con la que finaliza su cuestionamiento a las trabas que durante 200 años han impedido el logro de la integración regional.
Para Volpi, lo que se vislumbra para el siguiente siglo es una integración en el norte, entre México, Estados Unidos y Canadá, más económica que política; y en la misma línea, comandados por Brasil, una unificación sudamericana. Esto implicaría, sin embargo, acabar con la descomunal desigualdad social y superar la etapa que denomina de los "caudillos democráticos".
Sobre estos últimos, el escritor asegura que uno de los pasos para la integración es un relevo generacional de los actuales Gobiernos "mesiánicos", que tienen a Hugo Chávez de Venezuela y a Álvaro Uribe de Colombia como protagonistas, y que impiden ver los puntos comunes entre las naciones.
Aunque cada uno tiene su estilo, para Volpi existen pocas diferencias entre Chávez, Uribe, el presidente de Ecuador, Rafael Correa; el mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega; o el jefe de Estado de Bolivia, Evo Morales. Todos "poseen la misma propensión al populismo, los mismos tics mesiánicos, la misma tentación salvadora y una desconfianza hacia las reglas democráticas", asegura en su libro. Allí también describe la llegada esperanzadora de Barack Obama a la Presidencia de EEUU, la sangrienta lucha contra los carteles del narcotráfico en México, la incertidumbre sobre la salud de Fidel Castro y la miseria de la mayoría indígena en Guatemala. Asimismo, retrata la "serenidad" y "temple" de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, en contraste con el carácter protagónico y "modales principescos" de la mandataria argentina, Cristina Fernández.