Unos 500 jóvenes con los rostros cubiertos bloquearon hoy una de las avenidas clave para ingresar al Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, en el inicio de una larga jornada de protestas a nivel nacional en solidaridad con los 43 estudiantes desaparecidos hace casi dos meses que desencadenó la peor crisis del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los manifestantes interrumpieron la circulación de la avenida Circuito Interior en ambos sentidos a la altura de la estación de metro Oceanía, sin que por ahora las operaciones de la terminal aérea se hayan visto afectadas.
"Este es un momento de hartazgo, la situación ya no es sostenible. La sangre está por todos lados, el país está plagado de cadáveres", dijo a Efe una universitaria en el lugar.
En el bloqueo participan alumnos de varias casas de estudios del país, incluidas la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Autónoma Metropolitana (UAM), Autónoma de Ciudad de México (UACM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
"Me encapucho porque si no, me desaparecen",
se leía en una pancarta que llevaban los manifestantes, vestidos de negro.
Varios pasajeros arrastraron sus maletas por la calle bloqueada, pero luego fueron recogidos por patrullas de la policía federal para no perder sus vuelos, que hasta ahora no han sido cancelados.
Contingentes de policías custodiaban edificios estatales y muchos negocios estaban protegidos con vallas en el centro de la capital.
Al final de esta tarde (20.00 hora chilena) se harán tres marchas que confluirán en la emblemática plaza del Zócalo, a la llegada de las caravanas de padres de los desaparecidos que recorrieron en estos días el país clamando porque sus hijos aparezcan con vida.
"Vamos a pedir apoyo en esta jornada, hacer presión para que nos devuelvan a nuestros hijos vivos. Seguimos adelante, hasta el final, hasta que aparezcan. La situación es grave, hay muchos desaparecidos en todo el país", declaró a la AFP Epifanio Álvarez, padre de uno de los jóvenes, en una de las caravanas camino a la capital.
La crisis estalló a raíz de que 43 estudiantes de la escuela de maestros de Ayotzinapa (Guerrero, sur) desaparecieron el 26 de septiembre en la ciudad Iguala, en ese mismo estado, tras ser atacados por policías corruptos y narcotraficantes por orden del alcalde local, vinculado con el cártel Guerreros Unidos.
"Con Ayotzinapa nos dimos cuenta que todos podemos desaparecer y antes que eso pase queremos demostrar lo unidos que estamos", declaró a la AFP una joven de 25 años, con el rostro cubierto, cerca del aeropuerto.
Según las investigaciones oficiales, los policías entregaron a los estudiantes a sicarios del cártel, que los ejecutaron y quemaron en un basurero de Cocula, vecino a Iguala, y lanzaron sus restos a un río. Los padres no creen esa versión y aseguran que están secuestrados, al tiempo que exigen al gobierno que siga la búsqueda.