Fue el único candidato a las primarias del domingo que cerró su campaña fuera de Santiago. El radical José Antonio Gómez se trasladó ayer a Los Angeles y en el casino de esa ciudad convocó a dirigentes locales y adherentes a su candidatura.
Pero esa no es la única diferencia del senador con sus contendores. Gómez es el único que plantea avanzar hacia una asamblea constituyente y advierte que el programa de la ex Presidenta Michelle Bachelet no es suficiente para garantizar cambios en materia educacional, previsional, tributaria y constitucional.
¿Qué grado de influencia pueden tener los candidatos derrotados en la elaboración del programa?
No sé si las influencias tendrán que ver con la votación obtenida, sino con la necesidad que va a tener ese conglomerado de tener un programa que sea representativo de lo que Chile es hoy día, por sobre lo que los partidos quieran plantear. Más que la influencia, tiene que ver con la capacidad de liderazgo de lo que la ciudadanía quiere.
¿Qué expectativas de votación tiene para este domingo? Las encuestas lo instalan en el cuarto lugar.
A la única persona a la que le tengo respeto para efectos de la futurología es Zulma... Cuando competí con Frei en el 2009, en las comunas grandes sacamos el 48 por ciento.
La primaria anterior usted tenía mayor intención de voto y, además, podía seguir siendo senador.
No me preocupa eso. Si estuviera en esto por alguna conveniencia, lo habría resuelto de otra manera. Siempre he dicho que esta candidatura camina al borde del barranco, porque apostamos a las ideas y proyectos y no nos metemos debajito de un árbol que nos va a proteger. Por eso que al lado de mi campaña no ves ni ex ministros ni ex subsecretarios ni ex de nada. Ellos saben que conmigo hay un riesgo.
¿Concuerda con el programa de Bachelet?, ¿plantea los cambios profundos que usted defiende?
Al programa de Bachelet le falta mucho para hacer los cambios que Chile necesita, en materia educacional, previsional, tributaria y constitucional, que son los cuatro puntos que conozco de ese programa. Yo creo que el cambio constitucional se haga por la vía democrática y eso implica plebiscito. En el tributario no hay que rebajar impuestos del 30 al 25, sino rebajar impuestos a la gente que gana un millón doscientos hacia abajo. Nosotros creemos que el famoso FUT no puede ser a un plazo de cuatro años, sino que tiene que ser cuando salga la ley y ojalá en el primer año. Tenemos diferencias en educación, no estamos por mantener un sistema de subvenciones, queremos una educación del Estado. En previsión, ella plantea AFP estatal. Eso es mantener el sistema de capitalización individual, nosotros queremos un sistema paralelo de reparto, donde aporten todos, incluidos el empleador y el Estado. Tenemos diferencias.
¿Qué le parece que el encargado programático de Bachelet, Alberto Arenas, haya pedido cita con los empresarios antes de las primarias?
(Sonríe) Esa es una de mis preocupaciones desde el punto de vista del programa. No me parece malo que exista diálogo con empresarios, trabajadores y todo el mundo. El problema es la asimetría que hay entre unos y otros y si hay compromisos con los empresarios que no se conozcan. Todo eso tiene que ser público.
Usted señaló que Bachelet, debido a sus planteamientos, "está al medio" de los candidatos de la oposición. ¿Puede ser garantía de cambios estructurales una candidata que está en esa situación?
Quizás la ventaja de estar al medio es que va a tener que escuchar a todos, pero con tanta sigla que tiene en su escritorio, le va a costar congeniar una cosa con otra.
Se ha planteado que estas primarias fueron para validar el regreso y posterior candidatura de Bachelet. ¿Está de acuerdo?
Nunca participo de una primaria pensando que voy a perder. No estoy por validar nada, si no por poner ideas. Hoy día, el tema de la asamblea constituyente está en primera línea, el tema de la educación partió con que era gratis para algunos, después que no, y ahora estamos hablando de educación gratuita y universal. El gran éxito de esta campaña, ganemos o perdamos, es que nuestras ideas están ahí, el país las conoce y no se van a poder desconocer.
No debe haber sido grato el apoyo del PC a Bachelet...
Siempre tuve la idea de que a la cúpula del PC le sería difícil apoyarme, pero no así la militancia. Ya lo he dicho: los matrimonios son por amor e ideas, o por convivencia, y tengo la convicción de que éste siempre termina mal.
¿No le ve futuro al PC con Bachelet en el pacto nueva mayoría?
Le veo poco futuro, le veo mucha dificultad. Algunos dicen que van a aceptar al PC, otros dicen que no lo van a aceptar. Nosotros decimos que el PC es parte del país, los comunistas son ciudadanos y no tenemos por qué excluirlos. Sin embargo, hay algunos que se anteponen.