El Banco Central de Chile continuará con el retiro gradual del estímulo monetario, ante un mayor dinamismo de la economía y de la inflación, aunque para fijar la tasa clave también verá factores como la fortaleza del peso, reafirmó el viernes el presidente del ente emisor.

José De Gregorio recordó que la política monetaria se ha ido ajustando gradualmente desde junio, para asegurar una actividad económica sostenible y que la inflación se sitúe en torno a un 3% en un horizonte de largo plazo.

El funcionario recalcó que, pese al proceso de normalización de la tasa referencial -actualmente en un 2,0%-, la política monetaria seguirá siendo expansiva por varios trimestres más.

Un alza en la tasa tradicionalmente provoca un mayor flujo de divisas hacia la economía local, fortaleciendo aún más el tipo de cambio, lo que podría agudizar más los temores de los exportadores por una eventual pérdida de competitividad.

Como contraparte, la fortaleza del peso -que se ubica en máximos en más de siete meses- permite importaciones más baratas, como los combustibles, lo que incide en menores presiones inflacionarias de corto plazo.

Hasta ahora, De Gregorio ha afirmado que la apreciación de la moneda no se ha desviado de sus fundamentos de largo plazo.

"Uno puede decir efectivamente que con la apreciación del tipo de cambio, con buenas cifras de inflación en estos meses, uno tendría una política menos severa de la que debería tener, pero por otro lado, tenemos un factor que debiera hacer que la inflación suba más rápido que es el cierre de brechas", acotó. "Por tanto, hay ciertas compensaciones en eso", explicó.

El crecimiento de la demanda interna está presionando la limitada capacidad actual de la oferta.
"Esto no significa nada respecto de lo que vamos a hacer específicamente cada mes, pero la tendencia es relativamente clara", agregó en una conferencia de prensa tras presentar el último Informe de Política Monetaria (IPoM) ante empresarios en Icare.