José García Ruminot Senador RN de la IX Región: "Hay un ambiente indiferente con la visita del Papa"
El parlamentario era alcalde de Temuco cuando Juan Pablo II visitó la capital de La Araucanía.
Bajo completo sigilo y con varios meses de anticipación, una delegación de seis cardenales llegó a Temuco en 1986 para sondear una posible ruta de la visita del Papa Juan Pablo II. El arribo a La Araucanía fue con recelo, por la precariedad y difícil acceso de las zonas campesinas. Ahora, esta ruta se repite con la venida Francisco.
La gran inversión para pavimentar calles y preparativos realizados en ese entonces fueron una gran colaboración desde la propia comunidad, cuenta el alcalde de ese entonces y actual senador RN por la zona, José García Ruminot, quien recuerda la efervescencia de la gente que ensayaba todos los días el Himno de la Paz para recibir a Juan Pablo II.
¿Qué piensa del costo de esta visita?
Son otros tiempos y no es el Estado el que financia, hay aporte privado importante, de hecho despachamos una ley para dejar con exención tributaria a esos empresarios.
En el Senado se ha dicho que es exagerado el operativo.
El Papa es un líder espiritual y su visita es una gran responsabilidad. Pensemos que es argentino y se salta su propio país para venir a Chile. Hay que saber apreciar lo que está haciendo.
¿Cómo percibe el ambiente a un mes del reencuentro con el Santo Padre?
Hoy, Temuco está mucho más preparado, la relación de las comunidades es más estrecha, pero siento que la sociedad está más distante de la Iglesia. A esta fecha previa, hace 30 años, tú percibías en la calle la espera, todos ensayaban el Himno de la Paz y con mucha intensidad; hoy el ambiente es más indiferente con la visita del Papa.
¿Cómo fue la elección de Temuco como ruta hace 30 años?
Recibimos una delegación de unos seis cardenales para sondearnos y ver nuestra posible preparación para recibirlo; llegaron con una mirada muy crítica, porque la ciudad era distinta, las comunidades estaban más alejadas
¿Cómo se preparó la ciudad?
Fueron meses de trabajo, pavimentamos varios kilómetros de calles, hicimos jardines en toda la Longitudinal Sur y todo fue trabajado con la comunidad.
¿Cuánto se invirtió en ello?
Nos tuvimos que conseguir la plata, yo creo que en monto de ahora fueron como $ 100 millones que se gastaron; la misma gente donaba. Por ejemplo, los miles de copihues con que adornamos el aeropuerto fueron regalados por los campesinos.
¿Cree que esa preparación llevó a repetirse la ruta?
Yo creo que se eligió el mismo lugar, porque ya está calificado. En esa oportunidad esperábamos a unas 200 mil personas, pero llegaron con suerte 120 mil, entonces facilitó todo, por eso cumplimos con creces.
¿Qué recuerda de su encuentro con Juan Pablo II?
Que lo esperamos más de dos horas en el aeropuerto, los protocolos del Papamóvil son bien estrictos, fue muy cariñoso conmigo, se mostró muy agradecido por el recibimiento.
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