José Luis Sierra pudo desahogarse. En diciembre, ante Huachipato, después de conseguir una ventaja de dos goles en la ida, Unión Española perdió el título ante Huachipato, un recuerdo que aún genera dolor en Santa Laura, más allá de que ayer se haya reemplazado por la séptima corona. Por eso, tras el triunfo sobre Colo Colo, el DT mostró su felicidad, que, además, representa la del ex capitán y la del hincha, porque es seguidor desde pequeño de los hispanos. Incluso, es socio del club, del que ayer entró a la historia como el primero en festejar una estrella como jugador y como técnico, distinción que en Chile sólo lucen otros 10 técnicos.
¿Cómo logró reconstruir a un plantel que estaba golpeado?
El fútbol genera por sí sólo la competitividad permanente. La gran explicación para mantener la regularidad está en reinventarse, en la capacidad de buscar la motivación en lo que viene, que es lo más importante. El equipo supo volver a armarse para pelear nuevamente por el título.
Unión perdió figuras importantes como Olarra, Vecchio, Hernández, Lobos, Díaz...
Es parte de esto. Tenemos claro que es así. Sobre todo cuando un equipo llega a una final y los jugadores son destacados. No tenemos la posibilidad, por un aspecto económico, de retener a nuestros jugadores. Tenemos una base, intentamos elegir jugadores para el estilo que intentamos aplicar. Para nosotros, el fondo futbolístico es lo más importante. Que esa forma de jugar nos permita ser competitivos. Las individualidades nos dan un plus. Pero todo pasa por tener un juego colectivo importante.
¿En qué momento se dio cuenta de que Unión podría ser campeón?
Me parece que el rendimiento nos fue dando la ilusión paulatinamente. Uno de los partidos importantes fue el que le ganamos a Católica. Nos enfrentábamos el primero y el segundo y buscábamos dar un golpe de autoridad. Reflejar que íbamos a ser candidatos hasta el final. Ese partido puede ser el que nos marcó.
Durante este torneo hubo momentos difíciles. Las lesiones les privaron de tener a Diego Scotti y a Gonzalo Villagra. Además, pasaron tres partidos sin ganar.
Las dos cosas coinciden de algún modo. Los perdimos en el partido contra La Calera. Veníamos de empatar a cero con Cobreloa en Santa Laura. A Gonzalo lo perdimos en el primer tiempo y a Diego en el segundo, y no los tuvimos en el partido frente a O'Higgins, cuando no merecimos perder. Fue un momento duro. Cuando uno habla de ser competitivo, pretende que el plantel estén todos en el mismo nivel. En este caso, fue complicado. Hay un sinnúmero de cosas que convirtieron esa etapa en una situación difícil.
En sentido contrario, la irrupción de Gustavo Canales fue un aporte al equipo...
Siempre creí y confié en que Gustavo nos daría un plus importante. Lo ha demostrado. No sólo aquí, sino en todos los lugares en que ha estado. Indudablemente, esperábamos a que Canales estuviera habilitado, porque nos iba a dar una variante más en un lugar en que nos estábamos quedando sin alternativas.
Sus compañeros destacan, además, el liderazgo que refleja...
Es muy buena persona, muy profesional, al igual que todos sus compañeros. Es un ejemplo por como entrena, por como se comporta. Hay muy pocas cosas que corregirle. A él y a sus compañeros.
Sin embargo, Canales enfrentó un momento complicado, al ser sancionado por dopaje. ¿Cómo lo manejó?
De la forma más natural. No refiriéndome a ese tema.
Usted fue campeón como jugador en 2005 y ahora lo logró como entrenador, ¿cuál disfrutó más?
Todas las situaciones son distintas. Siempre pienso que la mejor vivencia es la de jugador, porque estás participando en el juego. Se vive de una forma distinta, pero también se vive con pasión y con ganas de ganarlo todo cuando uno es director técnico.
¿Campeonar en Santa Laura también añade un valor especial?
Fue importante. Hicimos todos los méritos para ser campeones. En términos de rendimiento y de juego. Prolongamos una situación de un fondo futbolístico y que eso nos lleve a disputar dos torneos hasta el final. Venir de jugar una final, con todo lo que implica perderla, de la forma que lo hicimos y reinventarnos después de la cantidad de jugadores que se fueron, y volver a estar en la pelea con un rendimiento altísimo tiene un valor enorme. Es mérito de los jugadores, que supieron cambiar y no quedarse pegados. Puedo citar ejemplos de muchos equipos que, al torneo siguiente, tuvieron un mal rendimiento.
¿Cómo vivió los días previos?
La verdad es que no pude dormir durante esta semana, pensando en que si lo que había decidido era lo correcto. También, había que valorar todo lo que nos jugábamos, más considerando lo que nos pasó en diciembre.
¿Y hoy (ayer) estuvo pendiente de lo que pasaba en Arica?
Yo nunca pensé que la UC le iba anotar tantos goles a San Marcos, pero igualmente estábamos atentos lo que pasó allá, aunque en la semana hallamos dicho exactamente lo contrario.
¿Qué importancia tiene el título?
Mucha, pero de todos modos siento que el equipo del año pasado merecía ser campeón también y lo mismo el de Luis Hernán Carvallo, que sumó los mismos puntos (38), pero él no pudo ser campeón por el sistema de torneo. También hay que pensar que este club tiene 116 años y hemos ganado siete campeonatos. Por eso, nunca más vi el video de Huachipato y este título es parte de una vuelta de mano para mi familia y para los hinchas que viajaron a alentarnos. Por último debo decir que conseguí tres con Colo Colo, pero lograr este con Unión es mucho más especial.
¿Aun así puede ir a Colo Colo?
Lo mío va más allá de eso. Lo mío pasa por un fútbol formativo, donde Oscar Hernández, sólo por nombrarlo a él, jugó en una final. Contamos con la defensa más joven del torneo, con un promedio de 22 años y mostró una categoría enorme, que te pone orgulloso, porque están Navarrete y Ampuero, que son hombres de esta casa. Y eso es lo que me mueve. Además, sé que si mi padre estuviera acá, se sentiría muy orgulloso, porque él me vio jugar con la camiseta de Colo Colo y anotarle a Unión cuando descendió. Sé que eso lo golpeó mucho, pero ahora pude darle esta satisfacción y ahora, allá arriba, debe estar muy orgulloso.