José Manuel Chicho Lorenzo muestra con orgullo en su teléfono fotos de los niños de su escuela de conducción. Tienen tres o cuatro años, toda la indumentaria necesaria y motos de su tamaño. Y son decenas. Enseñar a andar en motos de velocidad es su pasión, y su hijo, Jorge, el mayor orgullo de su trabajo.

Está en Sudamérica para asistir este fin de semana al Gran Premio de Argentina de MotoGP, pero también pasó unas semanas en Santiago, montando una nueva sede de su escuela, en Movicenter.

¿Cómo ve el desarrollo del MotoGP?

Este año, vemos que las Ducati están muy fuertes. Ha habido un poco de ayuda por parte de la organización para marcas que necesitan tener un poco más de protagonismo. Los reglamentos han ido variando para favorecerlas. Vamos en la línea de abaratamiento de costos, como en Moto2 y Moto3. A lo habitual, Honda y Yamaha, se añade Ducati, Aprilia, Suzuki... Faltan Kawasaki y BMW.

En Chile, se sueña con el MotoGP, y usted conoció Codegua, ¿qué le pareció?

Para que esté al nivel de un circuito mundial, hay que hacer una buena inversión, se necesita dinero y el apoyo del gobierno. Esto es una industria. En España, hay miles de personas que viven de las carreras, todos en Europa sueñan con ir a competir allá y, en Latinoamérica, alguien debe hacer lo mismo. El primer país que sea capaz de apostar por esto, va a generar una pequeña industria, puestos de trabajo, riqueza.

¿Qué debe mejorar Codegua?

Hay una mejora continua en cuanto a seguridad. Lo que era válido hace diez años, hoy ya no sirve. Se busca que los circuitos tengan buenas zonas de escape, con la grava que corresponde, que tengan vías de servicio a cada lado para la ambulancia, buenas instalaciones médicas, un helipuerto, accesos para 60, 80 o 100 mil personas.

Usted tiene un sistema de enseñanza o de manejo...

Un método de formación.

 ¿Y en qué consiste?

Comencé hace 26 años a desarrollarlo. Conocía la formación en otros deportes, y aquí no había. Empecé a fijarme qué se podía adaptar al motociclismo y, poco a poco, comenzamos a copiar cosas, a aplicarlas. Cosas que funcionaron, cosas que no y, al mismo tiempo, a inventar nosotros; a investigar y probar. Los éxitos de mi hijo avalan esta formación. Hace diez años comencé a abrir escuelas, hoy tenemos 16 en todo el mundo.

¿Qué otros pilotos han pasado por su método?

El que ganó y el segundo del European Junior Cup, el segundo de la Red Bull Rookies Cup. Es que todavía no hay una cultura de formación. Todavía la gente no cree en la formación. Es algo que tardará años implantarse, pero al final será como en otros deportes, donde a nadie se le ocurre enseñar a su hijo en casa a jugar fútbol, tenis o kárate, sino que se hace a través de escuelas especializadas.

¿Hay alguna manera de ver reflejado en Jorge lo aprendido con este método?

Sí. Nosotros trabajamos mucho los aspectos de la técnica. Jorge es un piloto muy técnico, muy elegante, muy fluido en sus movimientos; no es agresivo, no es brusco, deja correr muy bien la moto, la entiende muy bien. Ese es el camino que buscamos: que interprete la moto en todas las circunstancias de carrera. Él sigue entrenando con este sistema. Vivimos juntos, y entrenamos siempre que se puede.

Ustedes tuvieron un quiebre, ¿está solucionado?

Donde hay dinero, siempre hay sinvergüenzas que se quieren aprovechar, parásitos que buscan vivir a cuenta de los demás, y hubo un momento en que consiguieron convencerlo de que les hiciera caso. Pero el tiempo puso las cosas en su sitio.

¿Algún piloto joven que le guste?

De los que vienen, un francés que ha sido dos veces campeón de España, Fabio Quartararo. Viene empujando muy fuerte, tiene una actitud muy buena, carácter de campeón.

 Hay varios chilenos que han probado suerte en España y en Latinoamérica...

Es que no se trata de salir a competir, sino que hay que aprender, primero, y salir con conocimientos. Ir a España a correr es botar sacos de dinero, y no se aprende nada ni se va a ganar carreras.

¿Qué nivel vio en las mujeres en los cursos que hizo en Chile en busca de las 15 que correrán la serie femenina?

De todo, había chicas que competían en motocross, en velocidad; otras que no competían, y alguna que apenas sabía andar en moto.

¿Ve futuro para esta categoría de mujeres en Chile?

Se está moviendo mucho el tema femenino en Chile y en el mundo. Las federaciones se dieron cuenta de que habían dejado desatendida a la mitad de la población mundial. Nosotros hicimos dos años el Campeonato Nacional Femenino de México, pero en Chile hay otra actitud, entienden más el deporte que allá.b