El candidato del Frente Amplio a la presidencia de Uruguay, José Mujica, encabeza los sondeos de cara a los comicios de mañana. Según las encuestas, le lleva unos ocho puntos de ventaja a su contendor, el ex Presidente Luis Alberto Lacalle. En este intercambio con La Tercera, el ex tupamaro y controversial figura de la izquierda uruguaya defiende sus posiciones.
Usted está a las puertas del poder, según las encuestas. ¿Logrará por la vía electoral lo que trató hace años por la lucha armada?
Creo que ganaremos. Fue un error creer que la vía armada conducía al cielo, pero también es un error creer que por la vía electoral se va a llegar ahí. Hay que ser prudentes en las metas y objetivos. Quiero hacer algunas reformas y que luego vengan otros a continuar con las suyas, y así, lentamente.
¿Se sigue definiendo como revolucionario?
Quiero reformas, quiero una repartición equitativa de la riqueza. ¿Se sorprende si le digo que creo en un cierto liberalismo, de raíz humana, el viejo liberalismo inglés? No es lo mismos que el capitalismo salvaje. Seguiremos atrayendo inversiones y apoyando el comercio.
Luis Alberto Lacalle dice que usted concentrará todo el poder en caso de ganar, porque tendrá mayoría en el Congreso.
Negociaremos con el Congreso sin imposiciones ni nada de eso. Creo mucho en la negociación. Los golpes me enseñaron que lo otro, la confrontación permanente, no conduce a nada.
Sus críticos creen que su alianza con los comunistas en el Congreso garantiza una línea radical. Con su pasado tupamaro, ¿ese temor existe?
No quiero estatismo por eso he pedido al candidato a vicepresidente, Danilo Astori, que se ocupe de la economía en caso de ganar. Una economía sin barquinazos es lo que propongo. Una economía con cambios prudentes. La lucha armada degeneró, allí donde ganó, en burocracia. No quiero eso.
Usted ha pedido una mayor profundización de la relación con Uruguay con el Mercosur, al que pertenece, mientras que la centro derecha pide revisar ese bloque. ¿Dejará atrás la tensión con Argentina por la las plantas de celulosa en la frontera?
El conflicto con Argentina se puede solucionar y yo lo solucionaré. Como he dicho antes, el Presidente Vázquez no lo resolvió porque es un enamorado de la dignidad, lo entiendo perfectamente. Yo soy un poco menos digno en eso. El Mercosur tiene una naturaleza demasiado comercial y ha olvidado temas culturales y otros aspectos de la integración en los que estamos atrasadísimos.
Se lo acusa de querer alinear a Uruguay con Hugo Chávez. ¿Cuál será su relación con Venezuela?
Las relaciones serán normales. A veces, el Presidente Chávez habla y arma grandes líos, pero no se debe usar eso como pretexto para no tener relación con su gobierno. Nosotros dependemos del petróleo y nos compran cosas importantes. Chávez, con errores o no, está tratando de ayudar a la gente pobre después de muchos años en que los otros robaron como quisieron.
Entre el modelo de Lula y de Chávez, ¿con quién se queda?
Creo mucho en el estilo de Lula, que es el de la negociación, el de buscar soluciones. Lo otro a veces genera más problemas de los que resuelve. Pero Chávez también trabaja por los pobres y eso si hay que reconocerlo.
A usted se lo acusa también de provocar escándalos con sus declaraciones poco diplomáticas.
Es que a mis 74 años no quiero ser políticamente correcto. Digo lo que pienso y la gente me conoce. Soy hombre del campo, no soy un candidato típico y eso a veces es difícil de aceptar para alguna gente que tiene una idea distinta de lo que es un Presidente. Ya se acostumbrarán.
¿Se arrepiente de la violencia en la que usted participó como tupamaro en los años 60 y por la que fue a la cárcel?
Hubo violencia, pero la violencia durante 16 años de dictadura militar fue para sacar a los militares del poder. De todas formas, uno aprende con la experiencia y hoy no hay que revisar el pasado, sino velar por el presente. Los derechos humanos de los vivos, no de los muertos, son los que tienen prioridad. Por eso no creo que a militares de 80 años haya que enviarlos a la cárcel. La venganza no conduce a nada.
Se ha hablado de sus discrepancias con Tabaré Vázquez. Se dice que usted es más de izquierda.
No. Compartimos la misma línea. Sólo que somos estilos diferentes, pero no soy más de izquierda. Yo soy socialista, pero odio la burocracia, creo mucho más en la autogestión y no me gusta la concentración de poder.