José Muñoz narra su experiencia en la Barcelona World Race: "No estoy seguro de volver a hacerlo"

El navegante, segundo en la regata que da la vuelta al mundo en yates de 60 pies de dos tripulantes, relata su experiencia. En 2009, había ganado en otra competencia global, junto a Felipe Cubillos.




Fueron 89 días de competencia extrema. Tres meses en los que el chileno José Muñoz, acompañando al catalán Guillermo Altadill, recorrió los océanos en la Barcelona World Race, regata que da la vuelta al mundo, en la que el Negro fue segundo. Repitió la experiencia de 2009, cuando en el Desafío Cabo de Hornos completó la experiencia junto al fallecido Felipe Cubillos.

El lunes por la noche, Muñoz atravesó la meta en segundo lugar, con una bandera chilena flameando en sus manos. Hoy, desde España, donde se repone del enorme desgaste físico y emocional que significa la travesía, el Negro la analiza.

¿Cómo fue la etapa de preparación para la competencia? 

Fueron ocho meses muy duros de acondicionamiento, en los que hicimos una regata entre Nueva York y Barcelona, y la verdad es que anduvimos bastante bien. No es fácil dar la vuelta al mundo en dupla, en estos Fórmula Uno de 60 pies, que además cuentan con tecnología que no es fácil de dominar.

En ese sentido, ¿qué fue lo más difícil que debieron enfrentar?

Las semanas previas al inicio de la competencia son las más complicadas. En parte, porque debes lidiar con mucha ansiedad. En la competencia,  una vez que partes, te liberas y lo disfrutas. La carrera es difícil, pero fue una muy buena experiencia, sobre todo al ir acompañado de Guillermo, quien, con esta, acumula siete vueltas al mundo.

Y en cuanto a los lugares geográficos, ¿dónde estuvo la mayor dificultad?

El Indico y el Pacífico son los lugares más difíciles de navegar. Y, por lo mismo, los que cuentan con mayores restricciones. En ambas zonas hay que tener especial cuidado con los icebergs. Ahora, personalmente, lo más complicado fue la parada técnica que enfrentamos en Nueva Zelanda, debido a problemas eléctricos con la embarcación.

Después de cumplir con el desafío, ¿se plantea capitanear una de estas embarcaciones a futuro? 

Estamos en veremos. De partida, hay que conseguirse un sponsor muy bueno, porque no es nada de barato costear la carrera. En estos momentos, no podría asegurar nada.

En el mediano plazo, ¿podría aumentar la presencia de compatriotas en la disciplina?

Por supuesto. Sólo es cosa de tener ganas. A veces, uno piensa que estos navegantes tienen dos cabezas, tres brazos, cuatro piernas... Pero no es así. Son iguales a cualquier otro. Es cuestión de atreverse. Y es de esperar que varios chilenos más lo hagan. Es costoso, pero hay un par de sponsors que están en condiciones de hacerse parte.

Por último, ¿volverá a competir el próximo año, pensando quizás en terminar en primer lugar?

No estoy muy seguro de volver, la verdad. En este momento, mi respuesta es que no, que no volvería a hacerlo. Pero, claro, recién hace algunas horas que terminó todo esto. Quizás, si me lo preguntas en unos días más, cambio de opinión.

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