"En las redes sociales los hinchas están contentos con mi vuelta a Chile. Yo también estoy feliz, disfrutando cada práctica y cada momento. También me preguntan por qué no volví a la U, pero esa es decisión de los dirigentes. En esta pasada no hubo llamado ni nada. Hay que respetar a los que están comandando al club".

José Rojas (34 años) está de vuelta en Chile. Está feliz, se le nota. Poco le importa estar en Quillota, a más de 150 kilómetros del centro de entrenamientos del único club que defendió en el país y en el cual levantó la Copa Sudamericana, seis títulos nacionales y dos Copa Chile. Hoy, trata de centrar sus objetivos en San Luis, club que lo fichó por los próximos 18 meses, con una cláusula de salida que se puede hacer efectiva en diciembre: "Estoy muy contento acá, muy agradecido de todo el cariño que me han entregado en tan pocos días. Estaba en conversaciones con Lorca para seguir en España. Tenía que seguir con ellos. Estaba el tema de mi renovación y en ese intertanto apareció la posibilidad de San Luis", dice, sin nunca soltar el mate. Asegura sentirse como en casa. Lo repite en más de una oportunidad. Así lo dejan en claro sus compañeros del plantel, que no dudan en bromearlo mientras posa para las fotografías de La Tercera: "¡Qué facha, Pepe", le gritan desde el camarín. El histórico azul sonríe.

Su retorno al fútbol local estuvo marcado por un llamado que alteró sus planes familiares. Miguel Ramírez, técnico canario, tomó su celular y lo invitó a sumarse al equipo de la Quinta Región: "Al recibir el llamado de Miguel, un tipo tan destacado en el fútbol, tanto como jugador como técnico, me ayudó a inclinarme por esta decisión, por este desafío. Me fui interiorizando un poco más en sus dirigentes y pude constatar que están haciendo las cosas muy bien. Hoy lo que me mueve es que me llame un técnico diciendo que me quiere, que me da mucho valor como jugador, como persona. Estoy en otra etapa de mi vida", dice, sentando en la banca del estadio Lucio Fariña.

El defensor dice estar más vigente que nunca. No piensa en el retiro: "¿Por qué me preguntas eso? ¿Me quieres retirar ya? Jugaré hasta cuando tenga que jugar. Hay momentos en que van sucediendo cosas y uno tiene que ser agradecido del fútbol y retirarse. No hay que dar lástima. Quiero yo dejar el fútbol y no que el fútbol me deje a mí", recalca.

Pese a ello, aclara que no viene a ganarse un cupo para la próxima nómina de la Selección que disputará el Mundial, como sí lo hicieron público Jorge Valdivia y Mauricio Pinilla: "Hay que ser realistas, los que están lo están haciendo muy bien. Tuve la oportunidad de pertenecer a ese maravilloso grupo y eso me deja feliz. Quiero disfrutar y dejar a San Luis lo más arriba posible".

El arribo de jugadores de más experiencia al torneo de Transición no es un problema para Pepe. Tiene una respuesta a los críticos: "La carrera del futbolista se está alargando un poco. Es cosa de mirar que hay varios de 30 y tanto que hoy día son íconos en sus equipos. Se está alargando la carrera, a los 30 años el jugador es más maduro y puede aportar al grupo. Lo importante siempre es mezclar juventud con gente experimentada, no antigua ni vieja", dice, entre risas, mientras toma de su hierba.

Las sonrisas del campeón de América no duran los casi 60 minutos de la entrevista. Sufre una alteración cuando repasa su paso por Universidad de Chile. Contesta un poco emocionado, incluso llegando a cambiar el tono de su voz. A su salida en 2015, luego del arribo de Sebastián Beccacece, nunca le encontró explicación. "No sé por qué salí. Sería calentarse un poco la cabeza seguir pensando por qué salí en ese momento. Nadie me dijo la verdad. Quizás me debieron decir eres malo, no te queremos más acá. No sé. O ya no nos sirves, pero nunca fueron claros de ninguna parte. De ese cuerpo técnico (Sebastián Beccacece), como también de la dirigencia, nunca me dijeron la verdad".

Tampoco olvida el hecho que lo enfrentó con Carlos Heller, presidente de Azul Azul, luego de que se frustrara su arribo durante el primer semestre de 2017. Rojas publicó en su cuenta de Instagram la conversación que tuvo con el presidente de la concesionaria, luego que éste último le bajara el perfil a las tratativas: "Creo que hubo mal manejo de ambas partes. No volvimos a conversar después de eso. No soy rencoroso y si hay que asumir errores, los asumiría. Creo que las dos partes nos equivocamos. Por ahora, creo que las puertas están cerradas para mí".

Pero el multicampeón no guarda rencor con la U. Dice que es imposible sentir algún sentimiento negativo hacia la institución que lo vio crecer como futbolista: "Rencor no tengo con la U. No podría caminar por la calle si tuviese rencor. Hoy en día me levanto con la cabeza en alto. Errores cometemos todos, a diario. En esto hay que ser hombre y reconocer los errores que uno va cometiendo. Pero, te insisto, creo que las dos partes en esa pasada actuamos mal".

En las redes sociales, el ex capitán azul juega un partido aparte. Ha debido soportar las burlas de gente anónima. Lo tratan de lento y hasta, incluso, han involucrado a su mujer para cuestionar sus decisiones profesionales. "Creo que esto fue una bola de nieve. Al principio partió como broma y ya al final era chaqueteo. Todo lo que aparecía de mí era burla. Quizás en su momento fue hasta bullying, no sé. Ahora lo tomo con más tranquilidad y me cago un poco de la risa. Sé que esto es así, pero me gustaría que me recordaran más por las cosas buenas. Pero es un fenómeno extraño porque en la calle sólo me piden fotos y me tiran buena onda. Nunca me han dicho esas mismas cosas mala onda en la cara", relata.

El formado en las canteras azules está a pocos minutos de empezar una nueva práctica de San Luis. Hoy, su nuevo equipo se medirá ante Huachipato, en el inicio del Torneo de Transición. El defensor no estará presente, luego de estar sometido a un plan especial de preparación física. Su estreno se espera para la tercera fecha del certamen, ante el equipo de sus amores: la U. Ese mismo club que sueña volver a defender.

"Me gustaría retirarme en la U. Es mi sueño volver a estar con la gente que me brinda todo el cariño en redes sociales y en la calle. Siempre me han demostrado mucho cariño y respeto. Lo casual es que no sólo es gente de la U, también de otros equipos", cierra.

Pepe Rojas se despide y camina al camarín del Lucio Fariña. El ex capitán azul ya se siente como en casa. Quizás su segunda casa, porque en sus palabras y en su actuar deja en claro que en su corazón sigue intacto el sentimiento por la U: "Se extraña, te mentiría si te digo lo contrario", cierra.