Protestas frente a la municipalidad, panfletos criticando la medida en las calles, agresiones a concejales y hasta un video que bautiza a la comuna como la "Nueva Prohibidencia". Hace 68 días que se aprobó el cambio a la ordenanza que restringe los horarios para la venta de alcohol en cinco barrios de Providencia y, desde entonces, las críticas contra la alcaldesa Josefa Errázuriz -impulsora de la medida- se han multiplicado, especialmente de los dueños de locales y clientes. Esta semana, localatarios de Bellavista se reunieron con vecinos del sector y acordaron ampliar el horario de funcionamiento de los recintos, escenario que podría replicarse en los otros barrios donde rige la norma. Este diálogo, promovido por la edil, podría ser la llave para cambiar nuevamente la ordenanza.
¿Por qué se impulsó ahora una mesa de diálogo, cuando ya se aprobó la ordenanza?
Lo que ocurrió, y por eso hemos realizado una nueva ronda de diálogo, es que los vecinos emprendedores o empresarios gastronómicos no se sienten, ni se sentían, vecinos. Obviamente a los cabildos, donde se debatió la restricción horaria y que eran abiertos, no llegaron (…). Yo ahí asumo mi responsabilidad, que tampoco creo que sea tanta, que a lo mejor debimos haber ido con una carta, uno por uno, informando. Luego vino la ordenanza y se urgieron: 'no nos preguntaron, no nos consultaron, no nos invitaron', decían. De acuerdo, esto es muy fácil: siéntense con sus vecinos y hablen con ellos sobre cómo hacemos un pacto. Este diálogo se dio post ordenanza.
¿Pero resultaba imposible haber hecho esa mesa antes?
Ellos (los dueños de locales) sólo se sintieron vecinos cuando esto les afectó y yo no voy a decir que no les afectó. Efectivamente esto no se dio antes. A ellos, desde el día uno, es decir desde el día que se aprobó la norma, les dijimos: vayan a sus barrios y hablen con sus vecinos y lleguemos a acuerdos. Ahí Bellavista avanzó más, porque tenía más experiencia, los vecinos están más organizados y rápidamente se reunieron. Fue más fácil y son un buen ejemplo.
¿Esperaba una oposición tan dura por parte de los dueños de locales, en algunos casos muy organizada y en otras violenta?
La virulencia de alguna de las protestas creo que no tienen ningún sentido. No creo que avancemos nada tirándonos huevos ni plagando de panfletos la comuna, ni que funen mi casa. No es mi estilo. Sabemos quiénes son los responsables de eso. Y ellos saben que sabemos.
¿Hay alguna denuncia en fiscalía?
De parte de nosotros, no.
¿Hubo algo en particular que le dolió más de lo que le han dicho?
No es agradable que te funen la casa, que te amenacen, que comparen esto con un toque de queda, que tiene un concepto, para mí, muy distinto: el toque de queda era el momento en que se desaparecía gente y se torturaba. Acá no ha habido eso. Y obviamente que tampoco es agradable que te comparen con un dictador. Pero sobre todo las agresiones a los concejales: los gritos homofóbicos contra el concejal Jaime Parada, a quien le di todo mi apoyo, y las agresiones físicas al concejal Rodrigo García Márquez, quien ha sido muy valiente.
Tras la ordenanza, los empresarios coparon la agenda, mientras que los vecinos, que se beneficiaron de la medida, no se visibilizaron.
A los medios no les interesó la opinión de los vecinos. En la reunión de esta semana (los dueños de locales) nos decían: 'A Providencia ya no se viene a carretear y ustedes son los responsables'. Yo creo que es al revés: la campaña del terror, que decía que volvió el toque de queda y que no se van a volver a abrir los locales, es la que ahuyenta a los clientes. Porque si todos los días se repite que hay toque de queda, de que ahora se llama Prohibidencia, de que la señora, con todos los epítetos, porque nunca era la señora: la vieja no sé qué, prohíbe todo… después inventaron que prohibí el azúcar. A mí no me van amedrentar con ese tipo de cosas, pero creo que ellos son los grandes responsables de que se hayan ido los clientes. Pero creo que esta situación es una gran oportunidad; el miércoles hubo una reunión con 230 personas, entre vecinos y vecinos emprendedores de los barrios donde rige la norma y fue interesante, pues se conocieron, se miraron a los ojos y se comentaron sus problemas.
Usted planteó que las políticas públicas son perfectibles
Toda política pública hay que evaluarla dentro de un tiempo. Acá se precipitó la evaluación por una campaña muy mediática, muy de redes sociales. Y los vecinos no están en redes sociales.
¿Por qué en otros casos se recurrió a consultas y no en este debate?
Nosotros partimos de la base que habían existido mesas de diálogo. La consulta es preguntar sí o no, mientras que en el diálogo se van dando razones. Creo que en Providencia, en los temas de participación, estamos más maduros como para sólo hacer consultas. En el caso de la consulta para modificar el Plan Regulador , fue solicitada por algunos concejales y la hicimos, pero acá estamos en un nivel de participación distinto (…). Un plebiscito es inviable en términos de plazos y costos. A lo mejor debimos haber enviado más cartas, puede ser, pero estuvimos un año dándole vuelta al tema.
¿Cuál es el mea culpa que hace de todo este proceso?
No fuimos los suficientemente categóricos. Yo asumo como un término sabido por todo el mundo lo que es el concepto vecino y a lo mejor no lo hice explícito, aunque creí que sí lo había hecho. Lo segundo es que creo que los vecinos resilientes, que sienten que les ha cambiado su calidad de vida, no tuvimos la fuerza o ellos no tuvieron la fuerza, para que los medios los tomaran en cuenta. Y también entender que acá hay intereses de la industria del alcohol que no son menores.
¿Considera que el cambio de la ordenanza marcará su gestión?
Es el tema más mediático.
¿Más que el cambio de nombre de Av. Nueva Providencia?
Sí, es el que desató mayores pasiones, pero creo que va a marcar mi gestión en términos de la oportunidad de conversar la ciudad y comuna que todos queremos y como efectivamente los barrios se comparten.
Usted señaló que irá a la reelección. ¿Participará también en un proceso de primarias?
Si la hay, claro. Nosotros hicimos una primaria cuando no había ley. Estoy disponible para ir a reelección y si eso pasa por una primaria, estoy dispuesta.