Las elecciones legislativas en Austria, que se llevarán a cabo de manera anticipada mañana, podrían arrojar dos particularidades. La primera, es que el destino del país europeo podría quedar en manos de un joven de 31 años, el carismático ministro de Relaciones Exteriores, Sebastian Kurz.
La segunda, es que los resultados podrían significar la entrada de la extrema derecha al gobierno austríaco.
El conservador Partido Popular Austríaco (ÖVP) de Kurz encabeza los sondeos con un 30% de los votos. Le sigue el ultraderechista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) que podría conseguir un 25% de apoyo según los pronósticos, a menos de un año de que su candidato presidencial lograra llegar a segunda vuelta.
De lograr recabar ese apoyo, la hazaña del FPÖ no sería menor, ya que obtendrían el doble de lo logrado por Alternativa para Alemania (12,6%), el partido de ultraderecha alemana cuya reciente entrada al Parlamento de ese país ha revivido el auge de los partidos nacionalistas.
El 25% del FPÖ coincide con la que podría obtener el Partido Socialdemócrata (SPÖ), que gobierna en una coalición centrista con los conservadores de Kurz, desde 2007.
Kurz no descarta aliarse con alguna de las dos opciones, pero parece improbable, según los analistas, que acabe formando una coalición con el SPÖ, tras una legislatura marcada por las disputas entre ambos partidos y que fue lo que llevó precisamente a anticipar las elecciones.
El líder del ÖVP logró revivir a los conservadores con una imagen de modernidad y un discurso firme ante la inmigración. Es precisamente en este punto donde más se asimila a los ultraderechistas del FPÖ, quienes incluso acusaron a Kurz de copiar su programa durante la campaña.
Considerado un símbolo de la renovación política en Austria, Kurz podría convertirse en el dirigente europeo más joven por delante del primer ministro irlandés Leo Varadkar, electo en junio a los 38 años.
El llamado "Wunderwuzzi" (niño prodigio), Kurz tomó las riendas de su partido en julio, poniendo fin a 10 años de una gran coalición con el SPÖ.
A pesar de su corta edad, Kurz ya tiene un largo recorrido político. En 2011, fue nombrado secretario de Estado para la Integración cuando sólo tenía 24 años y aún no terminaba de estudiar Derecho. En 2013, a los 27, se convirtió en el ministro de Relaciones Exteriores más joven de Europa.
En 2015, fue uno de los primeros en criticar la política de refugiados de la canciller alemana Angela Merkel. A él se le atribuye también el mérito de haber cerrado, en colaboración con otros países, la llamada Ruta de los Balcanes.
Ahora propone suprimir las ayudas sociales para los extranjeros que lleven menos de cinco años en el país y controlar de forma más estricta las asociaciones musulmanas presentes en el país.
El líder del FPÖ y su posible socio de gobierno, Heinz-Christian Strache, asegura en cambio que la acogida de refugiados debe ser temporal y que se deben suprimir todo tipo de ayudas financieras.
Con 8,7 millones de habitantes, Austria es uno de los países que más migrantes ha recibido en Europa en proporción a su población en dos años, 1,5% según RFI, por lo que el tema ha estado en el núcleo del debate de la campaña.