En Chile, 30% de los jóvenes entre 15 y 29 años mantiene algún compromiso financiero a su nombre. Esta es una de las conclusiones de la VII Encuesta Nacional de la Juventud 2012 elaborada por el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), servicio que depende del Ministerio de Desarrollo Social.

El estudio, que tiene un universo de 8.352 jóvenes a nivel nacional y de todos los grupos socioeconómicos, señala que más de la mitad (50,9%) del tramo entre 25 y 29 años mantiene una deuda, ya sea al día o impaga. Le siguen el grupo de 20 a 24 años y el de 15 a 19 años. "Esto es preocupante, porque muchas veces se endeudan más de su capacidad y con los años es muy difícil cortar con el círculo del endeudamiento", señaló el ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín.

Otra conclusión muestra que el mayor endeudamiento en el grupo de 25 a 29 años son compras a crédito en casas comerciales y supermercados (39,8% de sus deudas), seguido de instituciones financieras y bancos (21,4%) y el Fondo Solidario de Educación Superior (8,2%).

Para María José Domínguez, directora nacional de Injuv, la principal razón radica en que "hacen muy atractiva la oferta. Les dan regalos y descuentos, por lo tanto, es muy fácil que un joven acceda a una tarjeta". Agregó que "son un grupo vulnerable que tiene mucha necesidad de tener cosas, por lo tanto para las casas comerciales es un público hambriento de ofertas".

Hernán Calderón, presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus) propone más regulación en la entrega de tarjetas, ya que el monto excedería la capacidad de pago. Señaló que el emisor de tarjetas es el responsable cuando las entregan sin comprobar renta y dijo que ingresar a Dicom en forma temprana genera dificultades al solicitar crédito hipotecario en el futuro y para encontrar trabajo.

Para René Gempp, académico de la Facultad de Economía y Empresa de la U. Diego Portales, es importante que las empresas pongan más barreras a la hora de dar créditos a los jóvenes, ya que con eso tendrían mejores pagadores y disminuirían sus costos de cobranzas. "La clave no es demonizar el crédito, sino enseñar a usar las herramientas financieras en forma responsable e informada", indicó.