Un grupo de jóvenes israelíes se tatuó el número que usaron sus abuelos en sus brazos mientras estuvieron prisioneros en Auschwitz. Así lo recoge el documental Numbered, que muestra a las nuevas generaciones haciendo memoria con estas marcas en la piel, que emulan a las que identificaron a sus antepasados al interior de los centros de concentración.
"Mi generación no sabe nada del Holocausto", explica Eli Sagir a The New York Times, "hablas con la gente y piensan que es como el Exodo de Egipto, historia antigua".
"Decidí hacerlo para recordar a mi generación", cuenta Sagir, explicando por qué decidió tatuarse el número 157622, con el que identificaron a su abuelo, Yosef Diamant, "quiero contarles la historia de mi abuelo y la historia del Holocausto".
Según el profesor de la Universidad Judío Americana de Los Angeles, Michael Berenbaum, esto se debe a que los sobrevivientes están muriendo, y que el testimonio vivo está dando paso a testimonio histórico, en museos y libros.