La semana pasada, el senador Jovino Novoa llamó por teléfono a Pablo Longueira para conocer el avance en su estado de salud. El diálogo ha sido uno de los varios que han sostenido los máximos representantes de las dos corrientes internas que conviven en la UDI, doctrinarios y pragmáticos, algunos de los cuales se han producido en persona. El ex ministro, pese a su reposo, se ha mostrado interesado en la situación que enfrenta la Alianza para la elección de hoy.
En esta entrevista, Novoa hace un enérgico llamado al elector de derecha a votar y desdramatiza las consecuencias de una eventual derrota de Evelyn Matthei en primera vuelta.
En la Alianza existe preocupación, porque el electorado de derecha no vote hoy. ¿Cómo ve ese escenario?
Quiero hacer un llamado al electorado independiente, al electorado de derecha y al de centroderecha, a la gente que votó por Piñera, a que tomen conciencia que esta elección es muy importante y muy distinta a las anteriores. Estamos enfrentados a una elección donde se juegan dos proyectos de país completamente distintos. Esto es, fundamentalmente, porque la Concertación cambió radicalmente. Desde que ingresó el PC, la Concertación se ha ido izquierdizando. Hace tres años, Navarro planteaba Asamblea Constituyente, y la Concertación lo criticaba. Pero hoy la Concertación se está plegando a esa idea. Ahí hay un cambio importante en el cuadro político. Y esto no es una postura mía así extrema para convocar a votar. Lo dijo Camilo Escalona (PS).
¿Qué significaría para la derecha perder en primera vuelta?
No soy catastrofista. Creo que aun cuando uno sea derrotado, puede renacer políticamente. A la UDI la han tratado de derrotar mil veces. Estamos bastante acostumbrados a luchar en la adversidad. Pero para el país sería muy malo que no hubiera una segunda vuelta, porque nosotros no sabríamos qué es lo que realmente propone Bachelet.
Eso podría leerse como una aspiración de llegar a segunda vuelta meramente para debatir y que el país conozca lo que va a hacer Bachelet, pero no para ganar…
No, no, para ganar. Es una elección distinta. Vamos a mirar esa otra elección como que vamos a partir de cero, de nuevo, con las posibilidades de ganar. De que es difícil, es difícil, pero se abre una nueva posibilidad.
Usted reconoce que es difícil la elección que enfrentan. ¿Qué factores explican este escenario?
Voy a hacer un análisis después de las elecciones, porque cuando uno explica las causas, necesariamente entra en adjudicar responsabilidades y en crear un clima que no es el más conveniente para enfrentar las elecciones. Hay un punto, sí, que es un llamado de atención que tenemos que tener claro, sea cuál sea el resultado: nosotros tenemos que reforzar la convicción en nuestras propias ideas y en nuestro sistema, y saber defenderlo mejor. Ese sí que es un problema que, por lo menos a nivel político, hoy día nosotros estamos, quizás, sufriendo las consecuencias de no haber tenido la capacidad de transformar un sistema exitoso y un gobierno exitoso en un equivalente éxito político. Eso, nos vaya bien, regular o mal en la elección, es algo que tenemos que ver… La batalla por las ideas y el enfrentar los nuevos problemas de Chile es el desafío nuestro, independientemente del resultado.
¿Cómo evalúa lo que pasó en septiembre en el marco de la conmemoración del Golpe Militar?
Yo hice una evaluación muy negativa de eso. Más allá de los hechos puntuales, hemos tenido tiempo para revertir y salirnos de esa situación. Lo que más me preocupa es que tú no puedes construir un país ni pretender buscar la verdad y la justicia sobre la base de la mentira. Durante septiembre hubo mucha mentira. Se tergiversó una parte importante de la historia, al ignorar que la actuación de hace 40 años fue completamente distinta a la de hoy, y al asignar responsabilidades sólo a un sector de la sociedad, que en ese momento respaldó el Golpe Militar. Quedé con un sabor amargo de lo que pasó en septiembre.
La frase de Piñera sobre los "cómplices pasivos" de las violaciones a los DD.HH. fue muy dura para su sector. ¿Usted se considera un cómplice?
Fue un error gigantesco. No le quiero atribuir mala intención, pero, perdóname, o sea la mitad del país era cómplice. Y, además, desconocer los distintos roles que hubo. Eso, inserto en la campaña orquestada por la izquierda, es tremendamente perjudicial.
¿Cree, tal como dijo Carlos Larraín, que fue un error bajar a Golborne?
Es inoportuno haberlo dicho una semana antes de la elección. Y si él hubiera evitado que sus militantes le dispararan a Golborne, probablemente no hubiera habido esa crisis que tuvimos que enfrentar.
¿Esos ataques lo transformaron en un candidato inviable?
Hicieron inviable la primaria, no al candidato. De hecho, Golborne va a demostrar que, como candidato, era muy bueno, y va a ganar la senatorial. Lo que se hizo inviable con los ataques de RN y Allamand a Golborne fue la primaria, porque no podíamos entrar en una primaria en que el debate iba a ser ese.