JPMorgan Chase & Co reportó este viernes su primera pérdida trimestral bajo el mando de su presidente ejecutivo, Jamie Dimon, tras una serie de investigaciones judiciales y asuntos reglamentarios que le costaron al banco más grande de Estados Unidos por activos US$7.200 millones.

Dimon logró evitar que el banco reportara pérdidas durante la última crisis financiera debido a que el prestamista rehuyó de los activos hipotecarios de alto riesgo. Sin embargo, los problemas legales están afectando ahora los resultados de JP Morgan.

El banco registró una pérdida de US$380 millones en el tercer trimestre comparado con ganancias de US$5.710 millones, en el mismo período del año anterior.

Excluyendo gastos por litigios y la liberación de fondos de reserva, la compañía registró una ganancia de US$5.820 millones.

Los gastos legales -de US$9.200 millones- incluyen el dinero que está destinando para futuros acuerdos judiciales. El banco reveló que en total ha destinado US$23.000 millones para acuerdos, multas y otros gastos legales.

"Si bien esperamos que nuestros costos por litigios deberían disminuir y normalizarse con el tiempo, éstos podrían seguir siendo volátiles en los próximos trimestres", dijo Dimon en un comunicado.

JPMorgan se enfrenta a un importante número de asuntos reglamentarios, entre ellos una investigación de la Comisión de Valores de Estados Unidos sobre posibles sobornos en la contratación de hijos e hijas de ejecutivos de empresas estatales chinas, posibles ventas fraudulentas de títulos hipotecarios y su papel en la fijación de algunas tasas de préstamos referenciales.

El banco se ha centrado recientemente en sus problemas hipotecarios. En septiembre, trató de llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos y otras agencias federales y estatales para resolver las denuncias contra el banco por sus negocios hipotecarios.

Dimon viajó a Washington para reunirse con el fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, el 25 de septiembre como parte de las conversaciones, pero esto no se ha traducido en un acuerdo.

Algunas de esas demandas se relacionan con el banco hipotecario Washington Mutual y con el banco de inversión Bear Stearns, dos empresas en las que JPMorgan asumió el control el 2008.