Juan Antonio Guzmán Molinari (68 años) es uno de los empresarios de mayor presencia en diferentes sectores productivos del país. Es presidente de Clínica Indisa y también director de Sonda, CFR Recalcine, Universidad Andrés Bello y Scotiabank, entre otras compañías. También participa de fundaciones como Oportunidad, ligada al área educación, y Amigos del Museo Nacional de Historia Natural.

Guzmán, ingeniero civil de la Universidad Católica, es enfático en sus respuestas y duro en sus opiniones, pero aún así hoy se declara un optimista dentro del pesimismo, aunque advierte que la situación no está para más "conejos que salen de sombreros de mago".

Crítico del rol del gobierno en las reformas tributaria, laboral y educacional, mira con prudente distancia lo que se avecina con la presidencial y asegura que la clave va a estar en los equipos que acompañen a los futuros candidatos. Sin embargo, su punto está aquí y ahora, porque advierte que el mayor desafío país está en la deuda histórica que se tiene con la delincuencia, el orden público y cumplimiento de la Ley. El conflicto en La Araucanía es prueba contundente de aquello.

¿Cómo ve el rumbo que ha tomado el país?

En los últimos años, el clima empresarial ha enfrentado una situación no muy buena. Sin embargo, tengo la impresión de que si no se introducen nuevas incertidumbres, este año debiera ser parecido al pasado y ojalá un poco mejor. Aunque eso es ya más bien por optimismo que por datos.

Es optimista…

Dentro del pesimismo, soy optimista. Ante una realidad que no es buena, espero que el clima electoral tenga alguna incidencia. Tal vez vislumbrar posibilidades de reformas a las reformas que hagan mejorar el clima para los negocios.

¿Cuál es el mayor temor que hoy tiene el empresariado?

Los conejos que salen del sombrero del mago. Por ejemplo, la reforma al Código de Aguas es un disparate, o la reforma a la Constitución, que se puede conversar, pero si lo primero es cuestionar el derecho de propiedad, ¡horror! Imagínese que a quien busca invertir le digan que el derecho de propiedad será precario como en otras partes del continente. Ese tipo de conejos desafortunadamente siguen apareciendo…

Dice que el gobierno se equivocó, ¿cuál ha sido el mayor error?

El mayor error es haber creído en el clamor de unos pocos en la calle, porque hay una gran mayoría silenciosa que aparece después en las encuestas, que no está en la calle ni en las votaciones. No hay que confundirse: la mayoría de las reformas abordan materias técnicas y no se trata de lo que la gente quiera u opine. En temas económicos complejos, como salud, pensiones o transporte, la responsabilidad de quienes dirigen es buscar, asesorados por técnicos, soluciones factibles y convenientes. Y eso se echa de menos, pues se hicieron reformas sin preparación y fundamentos, como ocurrió con la tributaria y la educacional, las dos más relevantes.

¿Cuál fue el error de la reforma educacional?

Dejar de lado el mérito, porque destruye el mejor camino a la movilidad social. Y luego esta cosa ideológica de que los colegios tienen que ser del Estado.

¿Y en la tributaria?

Que al Estado, más que el porcentaje de impuestos a cobrar, debiera interesarle la cantidad a recaudar, y eso no se ha entendido así, porque hubo falta de preparación y conocimiento en quienes hicieron la reforma. Este cambio tendrá un impacto muy negativo en el crecimiento, nadie sabe cómo se implementará, hay muchas dudas.

La Presidenta Bachelet reactivó su interés de dejar los proyectos de reforma constitucional y de pensiones. ¿Le preocupa?

Mientras sea un análisis racional, con fundamentos y no se tomen decisiones apresuradas o reflejo de una ideología voluntarista, no debiera influir. Ahora, ir sí o sí con la reforma constitucional es extremadamente dañino, sobre todo, porque no sabemos de qué se trata. Lo de los cabildos es una cantidad muy menor de personas y me atrevería a decir, además, con algún sesgo. Entonces, si eso será la plataforma de inicio a la Constitución, es muy inconveniente.

¿Escuchar mucho a la calle es riesgoso para una reforma previsional?

Este populismo de la calle enturbia la mente, la capacidad de nuestros dirigentes y es muy malo, porque no habla bien de la entereza que debiesen tener quienes dirigen el país. Además, hay cosas sobre las que opinar y otras en las que no. Por qué opinar sobre el tema de pensiones si no se entiende bien, si es un problema de mayores expectativas de vida, de costos, entre otros. Nadie opina cuando se va a operar de apendicitis, ni le dice al médico si el tajo debe ser vertical u horizontal… Uno no opina de lo que técnicamente no tiene conocimiento.

¿Por qué, pese a la resistencia, el gobierno avanzó en las reformas? ¿Los gremios perdieron influencia?

Hay un ideologismo voluntarista de creer que algo es bueno, que va a madurar en 10 o 20 años más y que la gente en el futuro dirá: "¡Qué buena idea fue!". Algo de esto pasó en Rusia hace 100 años, en la Revolución Bolchevique, y todos saben cómo terminó.

¿Cuál es la lección que sacan los empresarios del clima de desconfianza que vive el país?

La desconfianza y la incertidumbre han tenido como consecuencia una paralización, a lo que se agrega una caída producto del precio del cobre y también una salida de las inversiones hacia afuera.

A su juicio, ¿qué dejará al país el gobierno?

Muchas deudas: en educación, el sistema tributario, las pensiones, salud. Pero la gran deuda es haber creado un clima de incertidumbre.

¿Y en materia de institucionalidad?

Hay una deuda pendiente, como dicen los dirigentes de la izquierda populista, una deuda histórica que se llama delincuencia, orden público y cumplimiento de la ley. En esos tres temas no sólo ha fallado este gobierno, sino los anteriores. Y eso está ejemplificado hoy en La Araucanía. Es tremendo, porque además no son los mapuches, sino un grupo vinculado al mundo mapuche, porque muchos dirigentes no tienen ni apellidos mapuches y entre los activistas hay franceses, colombianos, españoles... Este es un núcleo de anarquismo terrorista que esta enquistado en la Novena Región y que ningún gobierno ha sido capaz de decir "aquí hay una ley que hay que cumplir".

¿Coincide con la Sofofa en que no hay estado de derecho en esa zona?

Ciento por ciento. ¿Cree que hay estado de derecho cuando no puede pasar por un camino, porque lo incendian, lo asaltan y nadie es responsable? Eso se llama Far West.

¿Cómo avanzar para resolver el conflicto?

Esperaría que los dirigentes políticos y sociales tomen conciencia de que hay que cumplir la ley. Eso significa tomar todas las medidas y resguardos para encontrar a los culpables y que paguen sus culpas. Aquí se arma un gran alboroto con los problemas empresariales, que han sido seis, siete, 10, póngale 20, en un universo de 800 mil empresas. Pero hay gente que quema a otros y los liberan de cargos, con medidas de prevención -no me gusta la palabra cautelar, porque no cautela nada- completamente diferentes. Hay un doble estándar increíble.

¿Este tema será uno de los principales desafíos para el próximo gobierno?

Será uno de los principales desafíos país. No sé si del próximo gobierno, porque es difícil que sea (lo resuelva) sólo uno. Hay que restaurar el orden, hay que tener la voluntad y la firmeza para tomar decisiones que serán criticadas probablemente, pero que hay que tomar. Hoy, el país está cortado de la Novena Región al norte y al sur. Si envía camiones al sur, pasadas las cinco de la tarde pernoctan en Temuco, no siguen más allá. Esa es la verdad.

El atentado contra el presidente de Codelco, Oscar Landerretche…

Lamentable, producto de este clima de delincuencia impune. Lo ideal es encontrar a los culpables y que paguen con una pena aflictiva que sea un ejemplo. El mejor caso es el de los terroristas acusados de colocar bombas, liberados de polvo y paja; después colocan una bomba en España y están presos por 20 años. No me van a convencer de que aquí no hicieron una acción terrorista, porque sería muy raro que aquí fueran santas palomas y allá terroristas.

La carrera por La Moneda

¿Cuál es su lectura de los resultados que arrojan las encuestas sobre la carrera presidencial?

Lo que más me interesa y me preocupa es que quienes gobiernan tengan un equipo capaz, honesto, correcto y competente. El ejemplo lo tenemos clarísimo en casa: el primer gobierno de la Presidenta Bachelet versus el segundo. El mismo gobernante y equipos muy distintos.

Entre los precandidatos a La Moneda están los ex presidentes Ricardo Lagos y Sebastián Piñera, también el senador Alejandro Guillier, quien va subiendo en las encuestas.

Las encuestas a estas alturas no son relevantes. Miremos las encuestas del Brexit, de Hillary Clinton y los resultados. Especular no tiene sentido; primero hay que ver quiénes serán los candidatos y quiénes los apoyarán. Sería interesante conocer cuáles serán los equipos.

¿Qué opina de la candidatura de Guillier?

No quiero opinar, porque no lo conozco mucho. Lo que he oído son lugares comunes, políticamente correctos, y eso no es, en general, ni lo que va a hacer ni lo que piensa un candidato.