No funcionan los celulares, se llega sólo por vía marítima una vez al mes o en avioneta tras dos horas de vuelo. No hay revistas, diarios ni televisión, si no quiere. Y tampoco gente, si la idea es no ver a nadie. En el archipiélago Juan Fernández la vida pasa muy lenta; tan lenta que  el mundo conocido queda atrás muy luego y sólo queda disfrutar y descansar.

Todo eso tuvo en cuenta el diario inglés The Independent, que la eligió como una de las seis mejores islas de Sudamérica para desconectarse. Junto a ella, Galápagos, en Ecuador, y Cayo Espanto, en Belice, entre otras. La publicación destaca del archipiélago el que aún conserva el encanto de lo natural, protegido gracias a que fue declarada reserva de la biosfera mundial. De hecho y en términos de atractivos, uno de  los requisitos para estar en este ranking era cumplir con tener "cautivadoras vistas" y ser "un refugio celestial".

Así las cosas, el principal poblado de la isla, San Juan Bautista, se ha convertido en el punto de desembarco de una estada dedicada a la desconexión. "Acá hay una especie de blindaje", dice Iván Leiva, administrador del Parque Nacional de Juan Fernández, sobre  la vida en el lugar. "Todo lo que llega aquí es tan lejano. Cuando hablan de contaminación, manifestaciones y tacos, aquí no se percibe nada de eso", agrega sobre el archipiélago ubicado a 670 km al oeste de San Antonio y compuesto por las islas Santa Clara, Alejandro Selkirk y Robinson Crusoe, siendo esta última donde se encuentra el poblado, en bahía Cumberland, con cerca de 700 habitantes.

BAJO EL MAR
Juan Fernández promete olvidarse de todo, y eso tiene un costo. En el caso del archipiélago, es que el servicio aéreo sólo llega dos veces por semana a un precio de $ 400 mil, y el marítimo -en barco de abastecimiento con una travesía de 40 horas- una vez al mes... Pero todo eso se olvida ante la oferta de caminatas y experiencias acuáticas  variadas y, según los conocedores, únicas.

Para ambas, basta el espíritu de aventura y la capacidad de sorpresa al descubrir su flora y fauna. En ese escenario, hay dos opciones imperdibles: los senderos del Parque Nacional Juan Fernández y el fantástico mundo submarino.

Para la parte marina, Pedro Niada, guía de la empresa de expediciones Endémica, comenta que  "uno de los buenos puntos de buceo en la isla es Punta San Carlos, cercano al muelle en Bahia Cumberland, con una interesante formación ecológica submarina e increíble abundancia de especies marinas". Otro lugar destacado es la Colonia de Lobo fino de dos pelos, de bahía Tres Puntas, a una hora en lancha desde Cumberland. Ahí se realizan inmersiones de buceo autónomo y también snorkeling en medio de una gran colonia de más de mil  lobos, el único mamífero propio del archipiélago. Una inmersión que consiste en clases teóricas, completo equipo de buceo, salida en lancha y guías tiene un valor de $ 40 mil por persona.

También existe la posibilidad de ir más lejos, a la isla Selkirk, de mayor tamaño y altura que Robinson Crusoe. Sus grandes y escarpadas montañas y verdes valles permiten realizar trekking o bucear bajo el mar. Ello vale las casi 14 horas de navegación bajo condiciones a veces adversas. Hay un programa de la misma agencia que incluye pasaje aéreo a la isla, estadía en Robinson durante una noche, traslado a Selkirk, campamento, alimentación completa y salidas de buceo con equipo incluido, trekking y pesca deportiva por un valor aproximado de US$ 2.400 por persona.

CAMINATAS INTERMINABLES
En el archipiélago la oferta terrestre es tan variada como la submarina. Para partir, tal vez la ruta más clásica para trekking es hacia el Mirador de Selkirk. Se trata de un sendero de tres kilómetros de extensión, situado dentro del parque, que permite disfrutar de espectaculares vistas hacia ambos lados de la isla y de su flora y fauna..

Este es uno de los lugares más visitados por los turistas, porque se dice que Alejandro Selkirk (el marino en el que se inspiró el personaje Robinson Crusoe, de Daniel Defoe) subía a este lugar para ver si venía algún barco que lo rescatara.

Así como Galápagos destaca en su exótica fauna, Juan Fernández lo hace con su flora. Algunos de los  ejemplares que se pueden ver durante esta ruta son el naranjillo, el canelo, la luma y aves como el picaflor rojo de Juan Fernández.

Otra ruta en el archipiélago con increíbles vistas es el "Rebaje de la Piña", que se recorre desde Puerto Francés, situado a una hora de Bahía Cumberland, y permite una panorámica hacia el otro extremo de la isla.

En este recorrido, un lugar interesante para detenerse es Puerto Francés.  Ubicado al suroeste de la isla, está marcado por una gran quebrada que termina en una playa de rocas y rodeado de cerros con distintas tonalidades anaranjadas.

En esa caminata, además, hay un sendero hacia el cerro La Pascua, que permite acceder al acantilado hacia el islote "El Verdugo" y contemplar  un lugar de gran belleza escénica y admirar un exuberante bosque de lumas, árboles propios del archipiélago.

LOS OTROS DESTINO ESCOGIDOS
1. Los Roques, Venezuela
El archipiélago venezolano destaca por sus deslumbrantes playas, buen clima y relajo a toda prueba. Y el lugar para alojar ahí es la Posada Caracol, gracias a su mezcla de  sofisticado lujo de bajo perfil y una perfecta cocina italiana.

2. Cayo Espanto, Belice
La transparentes aguas de la costa de Belice están salpicadas de idílicas islas, pero ninguna tan exclusiva como Cayo Espanto. La isla privada es hogar de seis villas que miran al mar. Los menús se preparan según el gusto de los huéspedes y las actividades van desde un relajado tratamiento de spa al kayaking y buceo.

3. Islas Galápagos, Ecuador
El Galápagos Safari Camp en Ecuador es una granja situada en las alturas de la isla de Santa Cruz, en el límite del Parque Nacional y a media hora del mar. La granja posee gran cantidad de aves, así como especies de flora endémica y ocho "carpas" de lujo que mezclan la comodidad con lo salvaje.

4. Fernando de Noronha, Brasil
Le dicen la Isla de la Fantasía y no es casualidad. Situada frente a las costas de Recife, al noreste de Brasil, destaca por su aislamiento, fabulosas playas y vida silvestre. Y el lugar para alojar ahí es uno de los ocho bungalows de la  Pousada Maravilha.

DATOS

CÓMO LLEGAR

La mejor manera de llegar al archipiélago es en avión. ATA (www.aerolineasata.cl) y Lassa (Teléfono: 2735209) vuelan dos veces por semana, por un valor de $400 mil.

DÓNDE DORMIR

Dos de los más destacados alojamientos son el Refugio Náutico Ecolodge, que posee un programa de 4 días por $330 mil en habitación doble (www.islarobinsoncrusoe.cl), y el Crusoe Island Eco Spa, cuyo valor diario es de $78 mil. (www.robinson-crusoe-island.com)

QUÉ COMER

Además de langosta, famosos son los "Vidriolazos", sandwich de pez Vidriola, donde la Sra. Florita ($2,500) en San Juan Bautista. Para disfrutar de pizzas de breca, chupes de pulpo y curry de langostas, el Club Hostal Pez Volador, es la opción.