El ministro de RR.EE. de Eduardo Frei, Juan Gabriel Valdés (PS), que siguió de cerca el fallo de la Corte Internacional de La Haya, explicitó a La Tercera sus reparos a la resolución de ese organismo y expresó su deseo de retomar el diálogo con Bolivia sobre la base de la confianza mutua.
¿Cómo debe abordar el gobierno la relación con ese país, considerando la demanda interpuesta ante La Haya?
Primero, el programa de la Nueva Mayoría indica una prioridad muy definida por América Latina. Entendemos que en este período han ocurrido dos procesos que hay que cambiar: redoblar el trabajo de integración con Brasil, Ecuador y Argentina. Los problemas con Perú y con Bolivia van a requerir también concentración y trabajo. Lo segundo, y en lo que se ha producido una ralentización del proceso, debemos reimpulsar Unasur y el Mercosur. Ahora, con Bolivia, pienso que hay que volver a restablecer un diálogo fructífero. En este cuadro, naturalmente nosotros deberíamos examinar si el gobierno de Bolivia está dispuesto, a su vez, a la posibilidad de revisar el planteamiento que hizo ante La Haya. Bolivia debería entender que siempre va a obtener más de un diálogo con Chile que de un proceso judicial en un tribunal que está impedido de revisar tratados internacionales que tuvimos hace un siglo.
¿Es un objetivo de la nueva administración que no prospere la demanda boliviana?
El objetivo es restablecer un diálogo de confianza mutua con Bolivia y desde ese punto de vista obviamente nosotros planteamos que esa demanda boliviana no coopera en absoluto con ese objetivo.
Ustedes han sido críticos de la política de cuerdas separadas del gobierno de Piñera. ¿Cómo se puede iniciar un diálogo con Bolivia si ya demandó a Chile en La Haya?
Con Bolivia hay menos densidad de relación que con Perú. Hubiera querido tener la misma relación, pero es evidente que los temas a conversar son menos que la agenda con Perú por una evidencia práctica. Desde ese punto de vista, si se quiere restablecer el diálogo se va a tener que restablecer un diálogo en que los centros de decisión estén en La Paz y en Santiago y no en Europa.
¿Bachelet debe retomar la agenda de 13 puntos con Bolivia que impulsó en su primer gobierno?
Pienso que el gobierno de la Presidenta Bachelet va a conversar con el gobierno del Presidente Morales. La posibilidad de que no solamente haya una conversación inicial, sino que haya una segunda y una tercera, dependerá mucho de la actitud de Bolivia. No me amarraría con una agenda previa. Respecto de la práctica, Chile ha tenido muchas veces en el pasado conversaciones muy positivas con Bolivia sobre todos los temas. Los ex gobiernos de la Concertación tienen experiencia en cómo desarrollar un buen diálogo con Bolivia y podría retomarse esa misma lógica.
¿Cómo evalúa la decisión de La Haya de reducir a 80 millas la extensión del paralelo que define el límite marítimo entre Chile y Perú?
No veo razones jurídicas para determinar las 80 millas. Es un acto arbitrario de la corte, que si bien establece que hay un acuerdo limítrofe tácito, que se interpreta en la declaración de 1954, sostiene que no había claridad en la extensión y eso me parece extrañísimo. No es posible que los jueces tengan que hacer un cálculo para determinar 80 millas a partir de la pesca de la época. Es una creación basada en la equidad y me parece que se abre un cuestionamiento a cómo opera la corte.
¿Cómo debe enfrentar Chile esta resolución?
Hemos dicho que Chile va a acatar este fallo y así va a ser. Pero así como hay personas que piensan que debemos reflexionar sobre nuestra participación en La Haya y en el Pacto de Bogotá, en el mismo espíritu, pienso que si la corte va a comenzar a revisar tratados entre países latinoamericanos sobre la base de una suerte de concepto de equidad imaginario, naturalmente nosotros no podemos seguir participando. Debemos hacer conocer de una manera precisa y clara a Naciones Unidas cuáles son las objeciones que tenemos de la manera que la corte otorgó casi 22 mil km2 de mar a Perú y alteró el límite de las 200 millas para reducirlo a 80 millas sin una justificación clara.
¿El próximo gobierno debe enviar este mensaje a la ONU?
Naturalmente está abierto a la discusión. Dado que existe un cierto consenso respecto de la liviandad en la manera en cómo se tomó la decisión en este fallo, quienes estamos en ese consenso, que lo veo bastante transversal, podríamos establecer un diálogo sobre este tema. No estoy recomendando ninguna acción, porque no la tengo clara, pero sí estoy dispuesto a estudiar cómo podríamos avanzar en ese punto.
Durante el juicio, Perú dijo que el concepto "dominio marítimo" que aparece en su Constitución es compatible con el derecho del mar. ¿Cómo lo interpreta?
Está por probarse aún que el concepto de "dominio marítimo" y la idea del "mar de Grau" son consistentes con la Convención del Mar. Creo que Perú tiene que demostrarlo y eso se hace permitiendo el libre tránsito por aquellas áreas que solamente, de acuerdo a la Convemar, pertenecen al espacio económico exclusivo y no a un concepto de soberanía que en definitiva es arcaico respecto de la Convención del Mar. Espero que Perú exprese esa convicción en el "2+2" entre los gobiernos de Chile y Perú. Entiendo que esa reunión va a generar la necesidad de que ambos países sinceren sus puntos de observación respecto del fallo, qué significan las delimitaciones, los cambios legales, cuáles son los que se aprecian como necesarios o no. Esa es una conversación que va a ocurrir. Mi aspiración es que se acaben de una vez por todas las diferencias de criterios en materia de límites y no me cabe la menor duda de que no hablar de esto es dejar abierto algo que va a conducir a otras dificultades. Es absurdo que se pretenda que una situación de esta naturaleza se constituya en un gran tema de arbitraje internacional. Confío en que los dos países podrán reconocer el hecho claro de que al fijarse el límite por la corte es evidente dónde están los límites de Chile y Perú.