Va tres veces a la semana a su oficina en Gtd, en calle Moneda, en el centro de Santiago, y se da otro día más para ocuparse de los negocios familiares. Juan Manuel Casanueva, fundador del grupo Gtd y presidente del directorio de la compañía, a sus 75 años sigue muy de cerca los negocios de la compañía, tanto así que mañana lunes emprende viaje a España, donde acaban de comprar Cable Runner Ibérica (CRI), compañía especializada en instalaciones de fibra óptica.

Asegura que el trabajo diario lo mantiene con energía. Su expertise en redes y tendidos de fibra óptica -que comenzó él mismo conectando al mercado financiero en las cercanías de la Bolsa de Comercio, en la década del 80- lo hace participar activamente en este tipo de proyectos. Pero también se da tiempo para otras actividades: incluso está tomando clases de alemán, pues asegura que estudiar otros idiomas "es un buen ejercicio mental".

¿Cómo le está yendo a Gtd?

No sé si todo el mundo puede decir eso, pero estamos muy bien. Ha sido un buen año, vamos a crecer 9% en ventas, en Ebitda más que eso, alrededor de US$ 170 millones el 2017 y ventas por unos US$ 440 millones. Son muy buenos números, conociendo el medio de las telecomunicaciones. La empresa, además, ha crecido, invertimos al año el orden de US$ 120 millones sólo en crecimiento normal de la compañía para tener nuevos clientes y construir nuevas redes. Hicimos varias adquisiciones en las que tuvimos que invertir extra también. Partimos con la red satelital de CTR, después en el año compramos Intesis y Netline, empresa de telecomunicaciones en Perú. Hace un mes compramos una empresa en España que se llama CRI y vamos a tener la administración. Fue un año de mucho movimiento, muchas inversiones.

¿En qué consiste el proyecto en España?

La empresa que compramos tiene redes de fibra óptica en las principales ciudades españolas y, además, tiene un proyecto para construir una fibra desde España hasta el norte de África, para el cual ya tenemos clientes. Después hay otro proyecto para interconectar un anillo de fibra óptica entre todos los data centers de Madrid. Y en tercer lugar, hay una iniciativa de fibra submarina desde España a América. Son inversiones grandes.

¿Están evaluando adquirir otras empresas?

Siempre nos llegan propuestas de comprar empresas, en el extranjero principalmente, y siempre estamos estudiando posibilidades. En este momento estamos estudiando dos, ambas en América del Sur. Por ahora no podemos decir qué empresas son, pero son extranjeras. Hay mucho movimiento en el sector de telecomunicaciones a nivel mundial.

Ustedes partieron ofreciendo servicios a empresas y después entraron al negocio residencial. Hoy están volviendo a centrarse en empresas. ¿Hacia allá va el crecimiento de la compañía?

Claro, partimos con empresas y entramos al sector residencial porque compramos lo que hoy es Gtd Manquehue y Telefónica del Sur, que tiene mucho residencial, pero también tiene empresas. No vamos a dejar lo que tenemos, pero si a mí me preguntan, yo preferiría enfocarme en el sector empresas. En empresas los servicios son más grandes, más estables y están conscientes de que nada es infalible y que siempre algo puede fallar. En residencial es más complejo.

En el pasado estuvieron a punto de fusionarse con Entel, pero finalmente la operación no se llevó a cabo. Nunca se supo la razón.

Eso es historia antigua. No resultó, no logramos ponernos de acuerdo, a pesar de las intenciones. Las relaciones siempre han sido buenas con la gente de Entel, pero finalmente no dio resultado. Esto fue en el año 2011, y en esa época a mí me dio un infarto cerebral inesperado y ese año fue la negociación con Entel; yo no estaba ahí al 100%. De hecho, al comienzo del 2012 dejé la gerencia general, porque los doctores me dijeron que tenía que trabajar la mitad de tiempo, sin tanta tensión. Entonces, la gerencia general la tomó Alberto Bezanilla y yo ahora soy el presidente del directorio y me meto sólo en temas de inversiones, aunque normalmente voy a todos los directorios.

¿Fue una buena decisión haber seguido un camino solos?

Absolutamente, estoy muy convencido. La empresa ha crecido desde el año 2011 unas tres veces el tamaño y hemos podido seguir invirtiendo.

Después de lo de Entel, ¿no han vuelto a recibir otra oferta de fusión con alguna empresa?

Nada. Siempre hay gente interesada, pero nuestra respuesta ha sido no. Ya se tomó la decisión de que íbamos a seguir solos y nos ha ido bien. No vamos a aceptar ofertas, porque hoy las empresas valen cantidades gigantescas, entonces no tiene ningún sentido.

¿Cómo ve el actual mercado de telecomunicaciones del país?

Si bien partimos como una compañía de teléfonos, hoy estamos al borde de ser una compañía de internet. En Telefónica del Sur, los principales ingresos de la compañía son por internet, no por telefonía. Hoy, internet es, sin duda, el principal ingreso de las compañías de telecomunicaciones del país.

¿Y el negocio móvil?

Nosotros somos operadores móviles virtuales y atendemos personas individuales, pero es más bien para atender empresas, porque a veces las empresas que tienen contratados nuestros servicios de fibra óptica quieren que les proporcionemos todos los servicios, pero no hacemos publicidad. La parte móvil ha crecido y va a seguir creciendo, y al final las antenas móviles se conectan por fibra óptica, entonces, a medida que crezca la parte móvil, igual crece el negocio de fibra óptica, que es nuestro fuerte.

Si su fuerte es la fibra óptica, ¿por qué no participaron en el proyecto Fibra Óptica Austral?

Porque ese no es un proyecto que para nosotros sea atractivo. En este momento, a través de Telefónica del Sur y la Compañía de Teléfonos de Coyhaique, que también es nuestra; llegamos hasta Villa O'Higgins, a Cochrane, a todos los puertos chicos que hay más al sur, y ya les damos servicios de internet. Entonces, construir la fibra para llegar donde ya estábamos, y además llega a Punta Arenas -que es una ciudad importante, pero que además tiene dos fibras desde Argentina-, y que ya tiene cubierta su demanda, no tenía un atractivo comercial para nosotros. Hay que pensar, además, que era un proyecto que se exigía que estuviera 25 años funcionando y que requiere una cantidad de ingeniería y personal importante. Cuando el subsecretario me preguntó si quería participar, le dije que no, pero le sugerí que se podría hacer un proyecto más atractivo de Puerto Montt a Valparaíso, por ejemplo.

El gobierno tiene otro proyecto, que busca unir Asia con Chile a través de un cable submarino. ¿Lo han mirado?

Yo pienso que hay que soñar, porque de repente de los sueños salen algunas realidades. Un proyecto de esa magnitud resulta en la medida en que los países asiáticos estén interesados en hacerlo, porque tiene que haber una empresa privada que quiera hacerlo. Es posible que eso pase.

"Lo de 'meter la mano al bolsillo de los empresarios' fue injusto"

Casanueva asegura que gane quién gane la elección, seguirán confiando en Chile, pero cree que es necesario mantener la certeza jurídica.

De los proyectos que están mirando, se ve que hay más fuera que dentro de Chile. ¿Eso responde a alguna estrategia?

En Chile vamos a seguir creciendo y construyendo redes de fibra. De hecho, este año empezamos la construcción de un data center en Puerto Montt, que iremos a inaugurar en la mitad del 2018, y estamos construyendo un par de edificios en Valdivia, para instalar más personal en esa ciudad. Los proyectos que nos están llegando ahora son mayoritariamente en el extranjero, pero eso no quiere decir nada.

¿Pero siguen confiando en Chile?

En este momento, un 5% de nuestros ingresos viene del extranjero. La idea es que lleguen a ser un 20%, pero no podemos dejar de lado nuestra operación en Chile, que es la más importante y la que permite hacer inversiones en el extranjero, así que nuestra vocación es Chile principalmente. Lo que pasa es que no hay que cortarse las alas.

¿Usted confía en el futuro del país, gane quién gane la elección?

No digamos gane quién gane, yo no le hago propaganda a ningún candidato, pero ustedes se imaginarán por quién voy a votar. Lo que necesitan las empresas son reglas del juego claras, no estar inventando nuevas ideas o revoluciones, porque al final uno tiene que tener la confianza que le puede dar el gobierno de que está haciendo lo mejor para hacer crecer al país. Siempre hay gente que dice locuras, pero creo que es importante para el crecimiento de las empresas tener certezas. Si esto fuera Venezuela, yo no estaría diciendo eso y trataría de irme fuera, pero en Chile se pueden hacer cosas. Puede costar más burocracia, pero las cosas se pueden resolver más rápido. Si nos demoramos lo que se demora el gobierno en aprobar las inversiones por temas de medioambiente, esta empresa no existiría, entonces hay que hacer las cosas rápido, dentro de las reglas del juego.

El resultado de las elecciones ¿podría frenar algunos proyectos de Gtd?

Lo que está avanzando no, nosotros vamos a terminar todo lo que hemos iniciado. Pero respecto de los proyectos nuevos, habrá que estudiarlos para ver cuáles son las circunstancias económicas y políticas del momento, para ver si estamos tranquilos de que los proyectos serán rentables. Hay que tener claro que las reglas del juego permiten que uno participe en forma normal, dentro del rubro económico. Yo estoy seguro de que al menos en esta empresa vamos a terminar todos los proyectos que hemos iniciado.

¿Cree que al empresariado le ha faltado dar a conocer más lo que hace? ¿Dónde ha fallado?

Nosotros hacemos todos los años distintas donaciones a fundaciones y a hogares, siempre digo que no hay nadie que lo necesite que no le hayamos dado. Donamos $ 1.000 millones al año, que es el máximo que de acuerdo a la ley podemos dar, así que de esa manera contribuimos mucho a cumplir con el objetivo, que es que el país pueda desarrollarse lo más parejo que se pueda. Uno no puede ayudar a todo el mundo, pero la verdad es que cuando decían "hay que meterles la mano al bolsillo a los empresarios", yo ya no tengo bolsillo. Creo que hemos dado el máximo que se puede dar.

¿Cree que fue injusto lo que dijo Guillier?

Fue de lo más injusto que hay, yo me sentí personalmente tocado. Todo el crecimiento de la empresa se traduce también en que la empresa paga impuestos.