En 2010, su labor como ministro de Defensa del gobierno de Alvaro Uribe lo catapultó a la Presidencia. Pero Juan Manuel Santos no sólo era el "delfín" del ex mandatario. En ese momento representaba una figura fresca, que prometía renovar la política colombiana y dejar atrás sus episodios más oscuros. Santos fue electo con el 69% de los votos y en los últimos cuatro años su gestión ha estado marcada por las negociaciones con las Farc, pero también por problemas internos, como la pérdida de confianza de los colombianos y también por las severas y contundentes críticas de Uribe, su antiguo aliado.

Tal como lo hizo Uribe en 2006, Santos disputará su reelección el próximo domingo 25 de mayo y, para sorpresa de muchos, no es tan claro su favoritismo. Según las últimas encuestas, Santos cuenta con 22% de las preferencias y el candidato del uribista Centro Democrático, Oscar Zuluaga, tiene un 24%. Pero hace cuatro años, las encuestas señalaban que había un empate técnico entre él y el candidato Antanas Mockus, pero éstas se equivocaron y Santos ganó fácilmente. Para reforzar su posición, Santos dio ayer un golpe de timón al nombrar como su jefe de campaña a César Gaviria. El ex presidente (1990-1994) hizo su estreno al calificar a Zuluaga de "títere" de Uribe. En esta entrevista con La Tercera, el jefe de Estado colombiano destaca los logros durante su mandato, como "la solidez económica y el progreso social". Asimismo, señala que su gran desafío es el fin del conflicto armado y llevar a buen término el proceso posconflicto.

Usted ha sido un gran defensor de la Alianza del Pacífico. ¿Confía en que el actual gobierno de Michelle Bachelet muestre el mismo compromiso con ese pacto que el ex Presidente Sebastián Piñera?

Sin duda, así lo creo. La Presidenta Bachelet sabe muy bien que la Alianza del Pacífico tiene un carácter pragmático y no ideológico, e incluso antes de posesionarse se reunió con los presidentes de los países miembros en la cumbre de la Celac en La Habana. La Alianza del Pacífico es el proceso de integración regional más exitoso y promisorio de América Latina, y Chile es fundamental para continuar por la senda positiva que recorremos.

El canciller chileno Heraldo Muñoz ha planteado una mayor convergencia entre la Alianza del Pacífico y Mercosur. ¿Usted está de acuerdo con eso? ¿Es partidario de que se refuercen los contactos con Mercosur?

Me parecen positivos estos contactos. De hecho, Paraguay y Uruguay son, actualmente, países observadores en la Alianza.

De acuerdo con su experiencia y a lo que ha sido el proceso de diálogo con las Farc, ¿cuándo cree que se podría llegar a un acuerdo definitivo?

Es difícil poner plazos perentorios en un proceso de éstos, pero yo tengo la esperanza de que logremos firmar un acuerdo final antes de terminar el presente año.

¿Cuál considera que es el principal desafío en su eventual segundo mandato?

Sin duda, el principal desafío es lograr el término del conflicto armado y llevar a buen término el proceso de posconflicto, de forma que se asegure un entorno de reconciliación y tolerancia. Con la paz, todos los demás temas, como la creación de empleo y la reducción de la pobreza y la desigualdad, se podrán desarrollar con mayor impulso y mejores resultados.

¿Hubo un exceso de expectativas al inicio de su gestión en 2010?

No creo. Me parece que lo normal es tener grandes expectativas en cada gobierno que se inicia, pero lo importante es que las cumplimos en su gran mayoría. Cumplimos la meta de reducción del desempleo a un dígito, la meta de reducción de la pobreza extrema también a un dígito, mejoramos los indicadores de seguridad, hicimos de Colombia un país más relevante a nivel internacional y estamos avanzando, como nunca antes, en la posibilidad de terminar el conflicto armado por la vía del diálogo.

¿De qué manera lo han perjudicado las constantes críticas del ex Presidente Alvaro Uribe, de quien usted era muy cercano?

Sería mucho mejor contar con el concurso y el respaldo del ex Presidente Uribe para congregar al país en torno a las grandes metas nacionales, como la paz y la equidad. Es triste que no sea así, pero eso no ha sido obstáculo para avanzar como lo hemos hecho.

Hoy, el tema de la paz no es la prioridad número uno de los colombianos, según un sondeo de Gallup. ¿Por qué?

En la medida en que nuestra fuerza pública ha dado golpe tras golpe a la guerrilla, esta se ha arrinconado más y, por consiguiente, no afecta tanto la vida de los colombianos de los centros urbanos, que son la mayoría. Entonces pesan más temas como el empleo, la educación, la salud y la seguridad ciudadana. Sin embargo, tenemos claro que podremos avanzar mucho más en esos temas si terminamos el conflicto, pues así podremos liberar recursos y energías para solucionarlos.

¿Por qué los colombianos deberían votar por usted nuevamente? ¿Qué propuesta lo diferencia de sus rivales?

En primer lugar, yo puedo mostrar un país avanzando, con solidez económica, con progreso social, con desempleo disminuyendo mes tras mes por cuatro años, lo que me acredita para seguir liderando estos procesos. Y, por supuesto, está la paz, pues yo soy el candidato que inició el proceso, que ha mostrado resultados y que más posibilidades tiene de llevarlo a su fin con éxito.