Este es el segundo año consecutivo en que el proceso de admisión utiliza el ranking como factor de complemento a la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Las expectativas apuntaban a que el nuevo instrumento pudiera modificar, en parte, la composición socioeconómica de la matrícula universitaria, donde los alumnos más pobres se han visto mayoritariamente excluidos.
Sin embargo, la cuota de alumnos municipales se mantuvo con respecto al proceso anterior, ya que sólo el 26% de éstos fueron seleccionados en alguna de las 33 universidades del sistema único de ingreso.
Con todo, el vicerrector del Consejo de Rectores Juan Manuel Zolezzi defiende el alza de la ponderación del ranking de notas que, en su plantel, la U. de Santiago, subió de 10 a un 40% del total exigido.
¿Para usted el ranking cumplió las expectativas?
Es mal parámetro comparar el porcentaje de alumnos municipales. El ranking redistribuyó el volumen de este tipo de estudiantes, pero no puede variarlo, porque depende de la segregación socioeconómica que se da a nivel escolar. Lo que logró el factor es que los mejores alumnos: casi ocho mil estudiantes, mejoraron su posición y 32% de ellos son municipales.
Además de la segregación, ¿hay otro factor que haya afectado al proceso?
Muchas universidades se restringieron de aumentar sus porcentajes ranking cuando empezó todo el conflicto con los emblemáticos. Por mí, que la mayoría ponderara al 40%.
¿Las universidades están seleccionando a los mejores alumnos?
Sí, en esta universidad el 8,9% de los seleccionados corresponden al 1% de los mejores estudiantes. Es decir, tienen 850 puntos por ranking y el 40% están entre el 10% de su generación. Entonces, cómo no va a ser un buen indicador. El año pasado teníamos el 31% del los mejores del 10%.
Si en general el ranking no logró aumentar el número de seleccionados en colegios municipales, ¿cuál fue su mérito?
Ha vuelto a valorar la trayectoria escolar de los estudiantes y pone el énfasis donde tiene que estar y de donde nunca debió haber salido: que los alumnos deben estudiar mientras están en el colegio y no sólo para rendir una prueba. Por lo tanto, hemos vuelto a poner el centro en las aulas de clases.
El Mineduc ha sido crítico y dice que este factor no ha tenido grandes resultados
Esperamos ansiosos una propuesta de ellos y si tienen una propuesta alternativa que la hagan llegar. Ellos tuvieron la oportunidad, cuando se invitó al ministro, en ese entonces, Harald Beyer, a la comisión para estudiar el ranking y ver cómo seguía el proceso, si se aumentaba o no, si cambiaba la fórmula, pero no asistieron. Nosotros con el ministro Beyer discutimos estos temas, sin embargo yo creo que no hubo la suficiente seriedad para aceptar el análisis.
Su convencimiento parece no tener fisuras...
Absolutamente. Y no sólo yo lo estoy, hay 25 rectores del Cruch que están convencidos, ocho rectores de privadas convencidos, hay múltiples asociaciones que están convencidas, las federaciones de estudiantes también.
¿Hay algo que mejorar?
Sí, absolutamente. Tenemos que hacer un ranking puro.
¿Qué significa ese ranking puro?
Hay varias alternativas. La más inmediata es que a los alumnos que tienen notas bajo el promedio y se le asigne un valor menor a lo que le asigna el NEM. Un alumno con nota 4,8, si tiene un NEM de 500 podría terminar con un ranking de 300 y ahí sí que el impacto es bastante más fuerte. Otra posibilidad para reestructurar el instrumento es ranquear a todos los estudiantes, desde el uno hasta el infinito, y ponerle a todos un puntaje, según el lugar que ocupen.b