¿Cuál es su evaluación de la aprobación del presupuesto de educación superior en la Cámara?
Creo que efectivamente crece, aunque poco. Se habla de un 13%, pero está más guiado por el aumento del Crédito con Aval del Estado (CAE), que finalmente es plata para la banca, no aporta mucho a las instituciones. Por otro lado, hay pequeños aumentos.
Pero, ¿queda conforme?
Creo que es importante haber despejado el tema de conflictividad que habían planteado las universidades privadas (G9) del Consejo de Rectores, respecto de este trato discriminatorio, que le llamaron. Finalmente, quedamos con un presupuesto que a mí no me gustó desde un principio, porque pensaba que iba a haber mucho más compromiso con la educación superior, especialmente con el sector estatal, como lo decía el programa de la Presidenta.
¿Cuál es la principal crítica?
Entendemos que este es un presupuesto de transición, en el sentido de que no había nuevas leyes en educación superior a las cuales uno pudiera haber recurrido para buscar un mayor financiamiento. Lo malo fue que en el proyecto no hay un camino señalado hacia la gratuidad y eso va a significar que, al no existir esos aportes hacia la gratuidad -salvo las becas, que se aumenta del sexto al séptimo décil-, las instituciones no vamos a poder ir hacia la gratuidad, congelando aranceles u otras medidas, porque no recibimos los recursos para poder sostener aquello, y vamos a tener que reajustar los aranceles en alguna proporción.
Aunque no esté en el presupuesto, ¿se ha discutido con el gobierno el avance hacia la gratuidad?
Entiendo que el tema va a ser puesto como una medida, a través de una ley, de avance hacia la gratuidad que va a permitir eso a través del financiamiento a las instituciones. Se supone que eso se va a discutir el próximo año en la reforma a la educación superior.
¿Cuál hubiera sido su presupuesto ideal?
Nosotros habríamos esperado que en lo que está establecido como la glosa con el convenio marco para las universidades del Estado, haber incluido ahí una cantidad de recursos necesarios para haber hecho algún ajuste y aporte a la gratuidad. Si pensamos en el caso de la Universidad de Santiago, eso debe ser cercano a los $ 3.000 millones, y si lo multiplicamos por las 16 instituciones estatales, sería cercano a los $ 50.000 millones, y eso podría haber significado un salto importante, al menos con las universidades del Estado, hacia el congelamiento de aranceles.
¿Es una señal hacia el futuro el presupuesto diferenciado entre las universidades?
Creo que es un objetivo del Ejecutivo hacer estas glosas diferenciadas, en el sentido de hacer sentir un trato especial, una recuperación del daño que han percibido las universidades del Estado durante los últimos 33 años, en el cual sistemáticamente han recibido un promedio sobre $ 2.000 millones de pesos menos que las instituciones privadas del Consejo de Rectores (Cruch). Este problema no lo generaron ellos, sino la forma en que distribuyeron los recursos del Aporte Fiscal Directo (AFD) desde el principio, desde el año 1981, y algunas medidas que se tomaron en el camino para hacer ajustes, como el cálculo del 5% variable del AFD, que en el fondo pretendió ser un aporte de competitividad al sistema, cuando lo que hizo fue deformar más la distribución de los recursos del AFD.
Entonces esperan mantener un trato especial a futuro
Creo que el Estado tiene instituciones a las cuales debe darle y sostenerlas (...). Esto ocurre en todas partes del mundo. El Estado tiene una preocupación especial por sus universidades y les aporta un porcentaje, que va entre el 50% y el 90% de sus recursos totales.
¿Qué opina de las críticas de las universidades regionales?
Creo que en esos casos debería haber también un compromiso regional con las casas de estudio. Además, de los recursos que el Estado pueda dar, las regiones deberían también comprometerse con sus universidades y hacerles aportes y que también ellas le retribuyan en cuanto a su propio desarrollo regional, para resolver los problemas de la región.
¿Qué le parece que se haya destinado fondos de preescolar para mejorar educación superior?
No puedo criticar al Gobierno por la parte de la cual saca sus recursos. Este fue un esfuerzo bastante grande que hicieron las universidades del Estado para que no se produjera una situación caótica al interior, incluso, del Parlamento, porque la verdad es que estaba muy complicada la cosa entre los establecimientos privados, regionales y del Estado. Entonces, junto al rector Sergio Lavanchy (de la Universidad de Concepción), nos dimos a la tarea gigante de establecer una especie de acuerdo que permitiera que no hubiera un quiebre al interior del Parlamento, de la misma Nueva Mayoría, en el Consejo de Rectores .
¿Qué espera de la reforma al sector que se hará en 2015?
Espero que podamos discutir a fondo lo que es la institucionalidad, lo que deberían ser los aportes (…) Es bueno que esto se resuelva de una vez, a nivel nacional y con una participación, ojalá, de todos los actores.