En mayo de 2015, el ministerio de Hacienda designó al economista y académico de la U. Adolfo Ibáñez, Juan Pablo Medina, como nuevo miembro del Consejo Fiscal -instancia que asesora a la cartera en el manejo de las finanzas públicas- en reemplazo de Oscar Landerretche. En su primera entrevista en el año y ocho meses que lleva en el cargo, el economista afirma que su mayor preocupación tiene que ver con una posible baja en la calificación del rating de Chile, esto si bien valora el manejo del ministro Valdés, que define como "milimétrico" entre el impulso fiscal y la reducción del déficit.

¿Le parece preocupante el panorama que se adelanta para las cuentas fiscales, mirando el incremento de la deuda pública?

Sí, en mi opinión es un signo de alerta, aunque es importante decir que las proyecciones, por ejemplo del FMI, muestran que este aumento de la deuda pública como porcentaje del PIB se va desacelerando a lo largo del tiempo.

Si bien ésta se incrementa a 25% en lo que se espera para 2017, un avance de casi cuatro puntos con respecto a 2016, hacia 2020 se esperan solo cuatro puntos adicionales más. Esta proyección del organismo internacional está cimentada en la reputación que tiene Chile, de llevar más de dos décadas implementando políticas macroeconómicas estables y sólidas.

Pero la agencia Fitch cambió su perspectiva a negativo para su calificación de Chile. ¿No hay riesgo que otras agencias calificadoras tomem medidas similares?

Es un riesgo que Chile sufra una baja en su calificación (...) dado que se prevé un aumento de la deuda pública como porcentaje del PIB. Es probable que la calificación empeore, es inevitable, porque las agencias van a mirar ese indicador base para determinar si una deuda es más riesgosa o no. Efectivamente un país tiene más riesgo si su deuda es 40% que si es 5% del PIB.

Es decir, las razones que llevaron a Chile a una nota de A+ en el caso de Fitch ya no se ven hoy en día.

Hay que ver cómo se hace la comparación, porque nos podemos comparar con el pasado, o me comparo con la realidad de todos los países emergentes actualmente. No podría anticipar lo que van a hacer las agencias, también puede ser que mantuviera el mismo statement, o pudiera ser que se materialicen ciertas cosas que ellos consideraban como un riesgo y nos bajen la calificación. Podría significar unos puntos base más de la tasa soberana, y eso va a ser un poquito incómodo, porque va a significar un desembolso mayor en todos los instrumentos que estén más vinculados a esa tasa.

Considerando esto, ¿ha sido correcta la estrategia del ministro de Hacienda, en la contención del gasto público?

Yo creo que el manejo del ministro Valdés ha sido impecable, incluso milimétrico, buscando mantener un balance entre sostener algún grado de impulso fiscal en el corto plazo y avanzar en reducir el déficit fiscal estructural. Se ha visto un manejo bastante responsable en este sentido, cuidando de no dañar la economía con un ajuste fiscal.

De todas maneras varios expertos han criticado el cambio en la regla fiscal, porque se establece una meta de reducción de déficit año a año y no una meta a mediano plazo. También se critica que cambien los parámetros y con esto el balance estructural.

Los cambios implementados en los últimos dos años fueron discutidos dentro del Consejo Fiscal y con el ministro de Hacienda, y todos los miembros estuvimos de acuerdo. Pese a esto, es cierto que la regla puede mejorarse en muchas dimensiones. Desde mi punto de vista, el espíritu de la regla es que el gobierno gaste los ingresos fiscales que son permanentes, por lo que el problema es la estimación de esos ingresos fiscales permanentes. Tiene muchos detalles que son difíciles de consensuar.

Por otra parte, a veces las reglas preestablecidas pueden ser muy estrechas, muy rígidas a ciertas situaciones que no estaban dentro de lo que pensamos cuando discutimos la regla. No es obvio quehacer en este sentido.

¿Le parece de todas maneras que es necesario establecer la independencia del Consejo, tal como se ha señalado desde organismos internacionales?

Hay una preocupación, que la ha planteado el FMI y algunos miembros del Consejo Fiscal, que uno debería avanzar en darle mayor institucionalidad al Consejo. Eso podría ayudar a definir rangos, aunque poner una regla muy estrecha de estas consideraciones, políticamente es inviable. Hay que saber dónde moverse en esas dimensiones, quizás darle un espacio al Consejo para que pueda tener una voz, una visión con respecto a la implicancia a mediano plazo de las acciones actuales y poder determinar ciertos contornos o rangos de acción para la política fiscal del gobierno en curso, sin tener que restringirla completamente.

Cabe considerar que el compromiso de reducir el déficit estructural en 25 puntos base por año no está preestablecido para la siguiente administración, por eso hay más incertidumbre a mediano plazo. El consejo fiscal ayudaría a tratar de restaurar un ancla a mediano plazo. Es una discusión difícil, probablemente va a ser tema en la próxima administración, no sé si esta alcanzará a hacer algo.