Ya contaba más de una década de carrera como actriz y cantante en Buenos Aires, pero sin gran exposición ni alcance masivo. Hasta que a partir del nuevo siglo, con los álbumes Segundo (2000) y Tres cosas (2002), su carrera dio el golpe más significativo: David Byrne la invitó a salir de gira y The New York Times la posicionó como uno de los mejores nombres aparecidos durante esas temporadas. Con una de las propuestas más singulares y estimulantes surgidas en la escena argentina de la última década, donde las capas electrónicas envuelven composiciones intimistas y atmosféricas, Juana Molina (51) ya era un crédito de impacto más global.
Con esos mismos antecedentes, sumados a un último álbum que extiende los pergaminos (Wed 21, salido a fines de octubre), la cantautora ya cerró su retorno al país como parte del festival Wanderlust, evento nacido en EE.UU. en 2009, consagrado al yoga, el bienestar y la música y que, para su segunda versión local, se hará del 28 de febrero al 2 de marzo, en el centro de eventos San Francisco Lodge & Spa, situado en Los Andes.
Bajo esa ambientación natural, entre valles, esteros y montañas -muy acorde con la apuesta artística de Molina-, la argentina presentará su último título, el que suma un mayor trabajo vocal, el protagonismo de guitarras y baterías y un timbre reverberante para tratar temas cotidianos. Como una suerte de deber cumplido, Wed 21 también escaló entre los mejores estrenos de 2013 para la prensa especializada.
Junto a la artista, Wanderlust también tendrá a la Banda Conmoción, Pascuala Ilabaca y otros, aparte de charlistas como Humberto Maturana y Alfredo Sfeir y actividades centradas en el yoga y las terapias naturales. Boletos en: chile.wanderlustfestival.com.