Dos mañanas de su jornada -una, la semana pasada, y otra, ésta- dedicó el ex Presidente Ricardo Lagos a realizar largos y reservados recorridos por Santiago. Los periplos del ex mandatario -quien visitó seis comunas en auto y metro solo en compañía del arquitecto Iván Poduje y un equipo de grabación- forman parte central de lo que se ha definido en su equipo más estrecho como la segunda etapa de su campaña presidencial: la de la "ciudadanización".
Los recorridos se realizaron de 9 horas a 13 horas -el último, el miércoles 2-, durante los cuales Lagos siguió una ruta silenciosa que lo llevó a las comunas de Puente Alto, La Pintana, Maipú, Cerrillos, Santiago y La Granja. La primera etapa del viaje se realizaba en auto -en las imágenes el ex presidente fue grabado conduciendo y conversando de barrios, áreas verdes y conectividad, entre otros temas urbanos- y una segunda parte se le registró durante trayectos en el metro en dos tramos, a pleno mediodía: desde Estación Del Sol a Plaza Maipú y -uno más largo- de la Estación Plaza de Puente Alto a Grecia, en los que se podrá ver al ex jefe de Estado siendo abordado por transeúntes.
Las horas de grabación -que incluyeron visitas de Lagos a lugares como Villa La Esperanza, en Maipú, y Bajos de Mena, en Puente Alto- están siendo transformadas en "cápsulas" que serán viralizadas en los próximos días para dar un aire renovado a la campaña. El mismo ejercicio, además, se realizará en el norte y en el sur del país próximamente, con visitas privadas del ex mandatario en terreno.
El proyecto -que en un principio llevaba por nombre "recorridos urbanos"- pretende enfrentar uno de los déficits más comentados de la candidatura del ex presidente, como es su desconexión con "la calle" y su raigambre en la elite política y empresarial. En el comando de Lagos, en tanto, aseguraron que éste quedó satisfecho con la experiencia y que -incluso- la disfrutó, debido a que no tuvo incidentes desagradables, salvo un par considerados menores que -en todo caso- no serán expuestos.
Las grabaciones, además, tuvieron el efecto de distraer al ex presidente de los sinsabores en los que derivó la solicitud a la senadora Isabel Allende -el jueves 29 de octubre- de deponer su candidatura a La Moneda en su favor y que desataron una virtual guerra interna en el PS.
Daño colateral
La senadora y timonel socialista hace más de un mes venía dando señales confusas respecto de su interés por involucrarse en la carrera presidencial 2017 de la Nueva Mayoría. En su entorno más cercano, incluso, cundía cierta desazón por la falta de convicción que ella demostraba al momento de ser abordada, lo que contrastaba con el entusiasmo de sus adherentes, que comenzaban a crecer en el PS. Había real temor de que pudiera bajarse antes de tiempo.
Sin embargo, no estaba en los libretos de ninguno de sus cercanos que tomara la decisión el jueves 27 de octubre, menos aún que lo hiciera después de reunirse en reserva con Lagos y de que el ex mandatario insistiera en su deseo de convertirse en el candidato único del PPD-PS.
Allende, incluso, quería postergar algunos días el anuncio. Por eso, no le advirtió a nadie de su equipo esa noche, ni a la mañana siguiente, de sus reflexiones más íntimas. Recién a mediodía del viernes 28 llamó al ex ministro y socio de Imaginacción, Enrique Correa, para contarle de su determinación y pedirle algunos consejos sobre la forma de afrontar la situación.
Para entonces, medios de comunicación ya estaban llamando a Allende para confirmar su reunión con Lagos, razón por la cual llamó a Correa, quien es un cercano asesor desde hace muchos años y miembro del directorio de la Fundación Salvador Allende.
Según miembros del equipo de la senadora, Allende estaba molesta y sorprendida, le era fácil presumir que la filtración provenía del entorno de Lagos y que la noticia tendría efectos no solo sobre ella. En los cálculos de la timonel socialista estaba tomando forma el impacto negativo en el PS, colectividad que hasta entonces había logrado sortear con cierta tranquilidad la turbulencia presidencial. El PS era el único partido de la Nueva Mayoría que se podía jactar de tener a tres de sus militantes mirando hacia La Moneda: la propia Allende, Fernando Atria y José Miguel Insulza.
En las filas socialistas -a más de una semana desde que se precipitaron los hechos- no logran entender la falta de prolijidad con que actuó el laguismo en una operación que debía ser especialmente pulcra y quirúrgica, si lo que buscaba era allanar el camino para una rápida adhesión del mundo socialista a la carrera presidencial de Lagos. Pero no ocurrió así.
En los días siguientes, Correa y también el ex ministro y hoy presidente del directorio de TVN, Ricardo Solari, han intentado contener a Allende. Pese a sus esfuerzos, la senadora no ha escatimado en elogios al senador independiente Alejandro Guillier, el competidor más potente a Lagos en la Nueva Mayoría. Con ello, aseguran en el PS, la timonel dio luz verde para un incipiente "guillierismo" socialista, que ya comienza a tomar forma en un grupo de diputados, todos ex partidarios de la candidatura de Allende.
Los dedos acusadores de todos lados por el modo en que terminaron resolviéndose las cosas -sin dudas- apuntan, principalmente, en contra de Máximo Pacheco Matte, a quien responsabilizan de la indignación de Allende -quien ni siquiera le ha contestado el teléfono en los últimos días-, pero particularmente de haber desatado incomodidades a nivel partidario que han puesto en entredicho el respaldo socialista al ex mandatario.
El ex ministro de Energía de Bachelet es la principal figura del PS en el comando de precampaña de Lagos y, por ende, el responsable de tejer los puentes hacia el PS. Pero por estos días ese rol ha debido delegarlo en otros personeros.
La forma en que Pacheco presionó para salir del gabinete de Bachelet y asumir como generalísimo de Lagos causó molestia en el PS, donde algunos interpretaron la jugada como una intervención indebida de La Moneda en las presidenciales en favor de Lagos y una falta de sensibilidad frente a los procesos internos, algunos más complejos que otros, de las colectividades que conforman la Nueva Mayoría.
Por haber partido tempranamente con el pie izquierdo en las filas socialistas, Pacheco ha debido pedir ayuda para tender vasos comunicantes con el PS. Instalado en una nueva oficina en Providencia -para separar aguas del trabajo habitual que desarrolla la Fundación Democracia y Desarrollo, del ex Presidente Lagos-, Pacheco ha mantenido conversaciones con Solari y Correa, además de Camilo Escalona, para contener la molestia de los socialistas e intentar ordenar al partido.
En el control de daños debió involucrarse directamente Lagos. El ex presidente se quedó en Santiago el fin de semana largo, para sostener varias conversaciones con dirigentes del PS y del PPD y evaluar los costos colaterales de una operación que -en el libreto, al menos- pintaba para exitosa.
Desde que el ex mandatario comenzó a exteriorizar su interés en levantar una segunda postulación a La Moneda, uno de los principales operadores del laguismo en el PS ha sido Escalona. El vicepresidente de la colectividad y líder de la Nueva Izquierda fue uno de los primeros en respaldar abiertamente la candidatura presidencial de Lagos y ha defendido en los órganos partidarios la tesis de que "entre antes, mejor".
En esa línea, Escalona ha sido uno de los encargados de conversar con la facción Izquierda Socialista, que encabezan el abogado constitucionalista Fernando Atria y el académico Ernesto Aguila, quienes exigen que la designación del abanderado socialista surja de un proceso masivo y democrático, idealmente una primaria.
Tras las turbulencias que se generaron a partir de la declinación de Allende a la carrera presidencial esta semana, el lote de Atria notificó a la directiva del PS que ellos no van a apoyar a Lagos y que si el comité central -reagendado para el 25 de noviembre- unge al ex mandatario como carta presidencial, ellos se declararán en "libertad de acción". Apoyar la opción del ex jefe de Estado simplemente no es una alternativa para el grupo.
La decisión de Atria y sus cercanos oficializó el segundo daño colateral -el primero fue la furia desatada en Allende- de lo que ya se empieza a denominar en las filas socialistas "el asalto de Lagos".
Con todo, la corriente Izquierda Socialista ya decidió que no abandonará las filas del partido, morigerando uno de los temores que rondaban entre los socialistas luego de los coqueteos de Atria con los representantes de la bancada estudiantil en el naciente Frente Amplio, los diputados Gabriel Boric y Giorgio Jackson.
Pese a los esfuerzos de Escalona por contener al sector más a la izquierda del PS, el propio ex senador resentía las maniobras que terminaron con la bajada de Allende. El histórico líder socialista no fue informado de la operación del laguismo sobre la timonel del PS y la forma en que se hizo, y la tensión que provocó en la colectividad resintieron su relación con Pacheco.
Un dato no menor es que Escalona en los últimos meses ha debido enfrentar el quiebre de su propia corriente -la Nueva Izquierda- tras una ardua disputa con el hoy presidente de la Cámara de Diputados, Osvaldo Andrade, por lo que también ha visto disminuida su capacidad de control al interior del PS.
En los últimos días, el ex senador ha estado monitoreando una a una las posturas de los miembros del comité central del PS y habría sido él quien le aseguró a Pacheco que Lagos contaba con el respaldo mayoritario del máximo órgano de decisión de los socialistas. El jueves 3 -en la reunión de directiva del PS-, el ex senador fue el único partidario de mantener la fecha del comité central, fijada originalmente para el sábado 5.
Con ese escenario, el laguismo ha debido tender puentes hacia los líderes de otra de las facciones socialistas, en particular los "terceristas", quienes aspiran a colocar a uno de los suyos, el ex ministro Alvaro Elizalde, en la presidencia del PS el próximo año.
En ese sector, las conversaciones del laguismo han sido fundamentalmente con Solari, quien era partidario de una candidatura de Allende.
El ex ministro del Trabajo no ha dado su respaldo a Lagos, pero ha mantenido conversaciones con dirigentes de los diferentes sectores del partido para tratar de aquietar los ánimos y evitar un quiebre interno. Al igual que Solari, una de las preocupaciones que rondan en el mundo socialista es evitar la dispersión a raíz de la bajada de Allende y que la "toma del PS por el laguismo" pueda terminar por fracturar al partido.
En la misma línea está operando Correa. El lobbista y experto en comunicación estratégica ha enviado señales de que es necesario hacer las cosas con calma, con cuidado y sin apresuramientos. También le ha hecho ver a Pacheco que si intenta intervenir mucho en el PS va a ser perjudicial para Lagos.
La molestia de Insulza
"No tengo novedades por anunciar", escribió Insulza en Twitter el viernes 28, a horas de que Allende bajara su candidatura.
A la molestia de Allende y la resistencia de Atria en el PS, el laguismo debió tomar nota de la indignación del agente de Chile ante La Haya por lo que en privado ha calificado de "malas prácticas" del entorno del ex presidente.
Apenas se dio a conocer la decisión de Allende de no competir en la carrera a La Moneda comenzaron versiones sobre que Insulza seguiría igual en camino. Advertido por estos trascendidos, el ex ministro cortó el celular y salió de Santiago al día siguiente. Desde entonces ha mantenido silencio.
El miércoles 2, Insulza activó desde su oficina en Miraflores una dura arremetida para defender su opción presidencial. Por allí circularon miembros de la directiva PS e integrantes del comité central de la colectividad. El mensaje del ex secretario de Estado fue claro: no va a declinar su candidatura antes del comité central de los socialistas. En caso de que ese cónclave determine que se realizarán primarias, él está dispuesto a participar en ellas, pero si la instancia -contrariamente- determina alguna forma de proclamación de Lagos, no se va a oponer.
En el entorno del ex ministro también se junta rabia en contra del ex presidente. A sus gestiones -por ejemplo- se atribuyen las palabras del canciller Heraldo Muñoz -un reconocido laguista- respecto de que "los tiempos de acortan", para que Insulza toma una definición sobre su futuro.
Pese a todo, en el círculo de Lagos ya cuentan con que Insulza -más temprano que tarde- terminará despejando el camino al ex mandatario.
La tensa calma en el PPD
El jueves 3, la directiva PPD, liderada por Gonzalo Navarrete, abordó el complejo escenario que se ha instalado en las filas socialistas respecto de la candidatura de Ricardo Lagos. Pese a que la evaluación general fue que se complicaron las cosas más allá de lo prudente, los partidarios de Lagos en el PPD -parte sustantiva de la colectividad- celebraron la "audaz jugada" del ex mandatario, que lo deja a las puertas de una nominación en el PS.
Virtualmente inhabilitado para desplegarse con tranquilidad entre sus correligionarios socialistas, Pacheco esta semana se ha preocupado de afianzar el escenario para Lagos en el PPD. En los últimos días fichó para el comando a la vicepresidenta PPD Verónica Pinilla.
En el laguismo señalan con tranquilidad que ya existe un compromiso para que el partido de Navarrete proclame a Lagos en su consejo general de fines de enero.
Pacheco ha intensificado sus contactos con el senador Guido Girardi -el principal detractor de un retorno del ex mandatario- y ha logrado suscribir un pacto de no agresión en el que el líder pepedé dejará que la situación decante hasta esa fecha sin levantar una ofensiva en contra de Lagos.
Girardi se ha comprometido a mantener cierta distancia, pero su principal arma será la CEP de diciembre, cuando el bullado despliegue del ex mandatario tenga que verse -necesariamente- reflejado en las encuestas.
En la reunión de mesa del jueves pasado, la directiva de Navarrete acordó que tras ese sondeo habrá que repensar el camino presidencial de la colectividad si es que Lagos no repunta. Ese escenario pondrá en jaque el avance del retorno a La Moneda del ex mandatario si es que no logra aumentar sus tasas de aprobación ciudadana.