Más patrona que jefa. Más "la señora" a secas que con nombre propio. Ella, el rol y el poder que ejerce marcan la relación y las metas de sus empleadas, que juegan a imitarla y sueñan con matarla. Esa es la tensión basal de Las criadas, una de las creaciones más destacadas del francés Jean Genet (1911-1986). Y esa tensión se puede ver por estos días y hasta el 27 de abril en el Teatro del Puente, con dirección de Rodrigo Soto.
Más conocido en su papel de actor en obras como H.P. y Castigo, Soto enfrenta acá su cuarta dirección y su primer clásico. "Era mi desafío: montar algo más grande, más universal, más complejo", cuenta. Para hacerlo armó el elenco con Alexandra von Hummel como la jefa y María Gracia Omegna y Catalina González como las criadas.
El texto es el mismo que Genet -el escritor delincuente- estrenó en 1947 en la cárcel. Condenado por ladrón, Genet se basó en hechos reales: la obra muestra a dos hermanas que planean envenenar a su patrona. Ya sacaron al marido de por medio, porque hicieron que lo detuvieran con falsas acusaciones. Y pretenden concretar el crimen antes de que sea liberado. "Al principio quise adaptarla, traerla al Chile de hoy, pero finalmente dije que no, porque el texto es muy bueno, entonces ¿para qué? Y creo que ahí también estaba el desafío, en cómo hago que sea entendible sin mover una coma, porque la obra es difícil", explica Soto.
Pero la relación de las hermanas Clara y Solange no sólo es compleja con su jefa, también lo es entre ellas. Mezclan amor, odio, ambición, resentimiento y erotismo. Mucho erotismo, al menos en esta versión, según explica el director: "Se insinúa un lugar sexual, incestuoso. Cuando leía la obra, siempre olía que ellas tenían algo, siempre me generó esa idea de que posiblemente se acostaron muchas veces. Y entre la competencia feroz que tienen hay amor, hay mucho amor. Porque estaban solas, se criaron juntas y la mayor pasó a ocupar también el lugar de madre".