Los resultados de los atletas británicos han  dado moral al Reino Unido, pero los Juegos Olímpicos no tendrán un efecto  mágico sobre la economía del país porque no colmaron las expectativas de  comerciantes y hoteleros.

"Todas las señales muestran que los Juegos Olímpicos no hicieron venir más  visitantes a Londres y al Reino Unido. De hecho, podría ser que el número haya  caído de más de 30%", se lamentó Mary Rance, directora general de la asociación  de profesionales del turismo UKinbound.

"Los hoteles han bajado sus precios y numerosas tiendas, restaurantes,  teatros y otros lugares de ocio constataron una caída significativa de su  actividad", explicó a la AFP.

Una parte de los visitantes habituales prefirió al parecer evitar la  capital por temor a una saturación del transporte y una inflación de los  precios. Los espectadores que vinieron a ver las pruebas y las delegaciones  deportivas sólo colmaron parcialmente el vacío.

La venta de productos derivados, de banderas o de un poco más de cerveza de  costumbre tampoco parece haber impulsado el comercio.

La Federación de Comerciantes Británicos (BRC) señaló que las ventas  progresaron de sólo 0,1% en julio, después de que los primeros días de Juegos  no compensaran la morosidad de los consumidores británicos, atenazados entre la  recesión y el plan de austeridad gubernamental.

El mayor efecto positivo sobre la economía la tuvo el gasto en  infraestructura --construcción de estadios y de nuevas líneas de tren-- gracias  a un presupuesto de 9.300 millones de libras (11.800 millones de euros, 14.600  millones de dólares) acordado a los Juegos.

El pequeño impulso al Producto Interior Bruto (PIB) del tercer trimestre  debería ser limitado -tres décimas de punto- según varios economistas.

"Esperamos, como mucho, una pequeña contribución" al crecimiento gracias a  la venta de entradas para las pruebas y a los derechos de retransmisión  televisivos, declaró esta semana Spencer Dale, economista jefe del Banco de  Inglaterra (BoE), que acaba de reducir a cero las perspectivas de crecimiento  del Reino Unido este año.

Quedan los efectos a más largo plazo, cuantificados por el primer ministro  británico David Cameron en más de 13.000 millones de libras (16.600 millones de  euros, 20.400 millones de dólares) en cuatro años, 6.000 de ellos de inversión  extranjera.

"Esta cifra es un poco exagerada, sabiendo que Cameron no toma en cuenta en  este momento los beneficios de la construcción, que son mayoritarios", subraya  Slavena Nazarova, economista de Credit Agricole Corporate and Investment Bank.

"Las cantidades citadas para la inversión parecen también superiores a las  inversiones directa e indirecta de los Juegos de Sídney 2000, que son  considerados como los más fructíferos", agregó.

Sin embargo, aunque se cumplieran las previsiones del gobierno británico,  sólo representarían en cuatro años una contribución anual de 0,2% al  crecimiento... insuficiente para compensar los efectos de la crisis en la  vecina zona euro y las políticas de ajuste.

El gobierno también prometió promover el comercio británico durante los  Juegos, como en la reunión entre Cameron y el presidente ruso Vladimir Putin  con ocasión de las pruebas de judo.

Pero a falta de anuncio o de contrato importante, es difícil saber si  benefició a las empresas británicas, como por ejemplo la petrolera BP, uno de  los patrocinadores oficiales de los Juegos de Londres, que está en una  situación complicada en Rusia.