Un juez federal aplazó este martes la ejecución en Texas de un hombre que asesinó hace casi 17 años a dos personas, después de que sus abogados alegaron que era un perturbado mental y que constitucionalmente no podía ser castigado con la muerte.
La decisión fue anunciada dos horas antes de que Gerald Eldridge, de 45 años, recibiera una inyección letal en el penal de Huntsville.
Fuentes judiciales dijeron que el juez Lee Rosenthal accedió a aplazar el castigo por un plazo de 90 días después de que un tribunal local rechazó una apelación presentada por los abogados de Eldridge.
Rosenthal manifestó que los abogados habían presentado pruebas convincentes sobre la mala salud mental de su cliente y deberían ser escuchados en una audiencia posterior.
El Tribunal Supremo de EE.UU. prohíbe la ejecución de personas con las facultades mentales perturbadas y muchos tribunales exigen que para aplicarse la pena de muerte el acusado debe estar totalmente consciente de las razones de su castigo.
"Está totalmente fuera de la realidad", dijo el lunes su abogado después de que el tribunal de apelaciones rechazara un último recurso en su favor.
Pero para continuar adelante con el castigo, los fiscales afirmaron que Eldridge fingió estar loco para eludir las consecuencias de su crimen.
"Ha tratado de aparentar locura para evitar las repercusiones de su conducta criminal", señaló Inger Hampton, auxiliar del fiscal del condado de Harry en documentos judiciales.
Edldrige fue declarado culpable de asesinato después de que en enero de 1993 mató a balazos a su ex novia, Cynthia Bogany, de 28 años, y a la hija de ésta, de nueve.
En el ataque también resultaron heridos la entonces pareja de la mujer y el hijo de ésta.
Eldridge se enteró del aplazamiento cuando esperaba en una celda contigua a la cámara de muerte del penal de Huntsville y había consumido parte de lo que sería su última cena.
Inmediatamente después fue llevado al corredor de la muerte del Departamento de Justicia Criminal de Texas, a unos 60 kilómetros de Huntsville, dijo un portavoz de la prisión.