El juez Baltasar Garzón defendió hoy ante el Tribunal Supremo español su actuación en la investigación sobre las desapariciones de la Guerra Civil y el franquismo (1936-1975) y negó haber prevaricado al declararse competente en ese caso.

Garzón declaró hoy durante aproximadamente cuatro horas como imputado ante el Tribunal Supremo español en relación con la querella por prevaricación que el sindicato ultraderechista Manos Limpias y la asociación Libertad e Identidad interpusieron contra él a raíz de esa investigación.

El magistrado español, que cobró notoriedad internacional al procesar en 1998 a Augusto Pinochet, fue recibido y despedido en el alto tribunal con aplausos por parte de familiares de desaparecidos en la Guerra Civil y el franquismo.

Los partidarios de Garzón superaban en número a sus detractores, pero esto no evitó que en algunos momentos unos y otros se encararan y enfrentaran verbalmente en presencia de decenas de periodistas y rodeados por un gran despliegue policial.

En mayo el Tribunal Supremo admitió a trámite la querella presentada por Manos Limpias, sin representación en ningún centro de trabajo y que está dirigido por el ex responsable de la formación ultraderechista Fuerza Nueva, Miguel Bernad.

A la querella de este grupo se sumó otra de Libertad e Identidad.

Ambas asociaciones acusan a Garzón de un delito de prevaricación que consiste en dictar una resolución injusta a sabiendas al declararse competente para investigar las desapariciones de la Guerra Civil y el franquismo siendo consciente de que no lo era.

En octubre de 2008 el magistrado español se había declarado competente para investigar esas desapariciones, al estimar que se trataba de un delito de detención ilegal, sin dar razón de paradero, que encaja en el contexto de crímenes contra la Humanidad.

Garzón había autorizado exhumaciones en 19 fosas localizadas en toda España, entre ellas la del poeta Federico García Lorca, asesinado al inicio de la contienda, al admitir a trámite las denuncias de 22 asociaciones de familiares de desaparecidos.

Fue una investigación que generó una fuerte polémica en España entre partidarios y detractores de la misma.

Apenas un mes después, Garzón se inhibió de la investigación a favor de los juzgados territoriales en los que están ubicadas las fosas donde pueden encontrarse los restos de personas desaparecidas.

Hoy varios de los familiares de los desaparecidos aseguraron que la citación como imputado del juez es un "ataque contra la democracia", ya que "se merece el reconocimiento de todos los ciudadanos", y reavivaron el debate sobre la apertura de fosas.

"Gracias señor Garzón", le dijo a la salida uno de los miembros de las asociaciones para la recuperación de la Memoria Histórica que acudieron al Tribunal Supremo.

El representante de Manos Limpias Miguel Bernad explicó a los periodistas que Garzón se negó a contestar a las preguntas del letrado de dicha asociación y que únicamente lo hizo a las del instructor, el fiscal y su defensa.

"Eso es grave y pone de manifiesto que no tiene suficientes argumentos", añadió Bernad, quien calificó de "vergonzosa" la actuación del fiscal y explicó que en un momento de la declaración Garzón pidió que constara en el acta que las preguntas del instructor contenían juicios de valor.