Un error grotesco en pretemporada ante el Nápoles pareció decantar la balanza en favor de Ter Stegen, el portero escogido por la anterior área deportiva para dar relevo a Valdés. "A Bravo se le fichó por su experiencia, por su fiabilidad, y eso él lo sabía; por lo que se recompuso con facilidad", cuentan desde el Barça. Así, el guardameta chileno aprovechó que su rival se lesionara antes de dar el pistoletazo de salida a la temporada y se aferró al puesto de la mejor de las maneras. Cumplió 754 minutos —ocho encuentros cortados abruptamente por un penalti de Cristiano Ronaldo y el Madrid (3-1), único equipo en hacerle más de dos tantos— sin encajar un gol, récord de un portero debutante en la portería azulgrana y también en la Liga, hasta entonces establecido por Pedro María Artola en la temporada 1977-78, también con el Barça. Suficiente argumento para mantenerle, por más que Ter Stegen también se subrayara en la Copa y la Champions. Y Bravo ha respondido a las mil maravillas.

Cuentan desde el vestuario que Bravo no es muy hablador, sino que es reservado. "En el campo me transformo", reconoce el guardameta. Así lo aclara Mascherano: "Durante los partidos habla mucho. Pero yo lo prefiero. Siempre le viene bien a los centrales que el arquero ordene y grite. Y cuando Claudio habla, a mí me da mucha seguridad". Se suma Piqué: "Sí que le gusta hablar. Pero tal y como jugamos, con la defensa adelantada, es necesario que nos oriente de su posición porque tenemos muchos metros a nuestras espaldas". Y, aunque en pocas ocasiones se enfada, cuentan que el gol que más le molestó fue el del Sevilla cuando Banega golpeó y acertó desde larga distancia, el único concedido en los 118 disparos que le han hecho desde fuera del área (desde dentro le han probado en 151 ocasiones y le han hecho los 18 tantos restantes). Resulta que es un reto que se plantearon al inicio del curso con el entrenador de porteros José Ramón de la Fuente.

Desde el cuerpo técnico azulgrana alaban la eficacia de Bravo y le reconocen como un portero mayúsculo que no sólo ha aguantado las comparaciones con Valdés —"en la Real ya tuve la sombra de Arconada y fue también un reto y una motivación", recuerda el portero— sino que también soporta la deportiva y feroz competencia que le planta Ter Stegen, hasta el punto de que alguno le ha bautizado como el pequeño Kahn. "Son dos porterazos y tenemos mucha suerte de tenerlos en el equipo. Relevar a Víctor era muy complicado", cuenta Piqué. "Bueno, no era su misión únicamente porque para eso también llegó Ter Stegen", corrige Luis Enrique. Aunque desde el club reivindican: "De repente ya nadie habla de la tragedia que era suplir a Valdés". Los números así lo aclaran: aunque hay equipos que han recibido menos goles ligueros que los 19 encajados por Bravo (el Oporto, 12; el Bayern, 13; el Benfica, y la Juventus, 17), no hay otro meta que le supere en dejar la portería a cero —19 ocasiones, por lo que su media es de un tanto cada 156 minutos—, récord compartido con Neuer (Bayern). En la Liga, por ejemplo, Asenjo (Villarreal) se queda en 14 y Casillas (Madrid), Alves (Valencia) y Moyá (Atlético), en 12. Y en Europa, Fabiano (Oporto) está en 18, Buffon (Juventus) en 17, Lopes (Lyon) en 14, y Courtois (Chelsea), Zoet (PSV) y Sirigu (PSG), en 12. Valdés, por su parte, logró en los 38 partidos de la temporada 2009-10 hacer clean sheet —como se conoce en Inglaterra a esta estadística— en 20 ocasiones.

Padre de tres hijos que se mira casi todas las películas de dibujos animados, Bravo llegó por petición expresa de Luis Enrique porque desde el área deportiva preferían la figura de Reina, portero que cubriría la portería en caso de emergencia. Pero el técnico azulgrana no quería necesidades sino competencia, por lo que instó a que se fuera a por el portero de la Real, por el que se desembolsaron 12 millones de euros.