Han pasado más de nueve años desde que, en abril de 2006, un grupo de estudiantes secundarios dio inicio a un movimiento que remeció la agenda política y mediática del Chile de ese entonces: la revolución pingüina. Un clamor por reformas al sistema educacional que movilizó a cerca de un millón de escolares y actores sociales de todo el país y que logró posicionar a la educación, hasta la actualidad, como uno de los principales temas de la agenda nacional.

Uno de los líderes de ese movimiento fue Julio Isamit, un estudiante de San Bernardo que destacaba como dirigente del Instituto Nacional. A casi una década de las marchas contra el primer gobierno de Bachelet, que desembocarían en un acuerdo para derogar la Loce, y con varios kilos menos de los que lucía cuando vestía de uniforme, Isamit transita por la vereda opuesta a la de algunos de sus ex compañeros de movilizaciones, como César Valenzuela y Karina Delfino, que hoy militan en el PS.

Tras su egreso del Instituto Nacional, Isamit formó la fundación ChileSiempre, integrada por jóvenes a favor de ideas como la defensa del derecho a la vida y la libertad de enseñanza. Luego, en 2011, asume como director ejecutivo de Res Pública, un centro de estudios que busca impulsar la formación intelectual de estudiantes secundarios y de educación superior.

Sin embargo, tras convertirse en la primera generación de su familia que culmina estudios de educación superior, al egresar de Derecho de la Universidad Católica, Isamit decidió este año jugarse por su apuesta más ambiciosa: la creación de una nueva plataforma política que reúna a independientes de centroderecha y que pueda convertirse en una opción de recambio para ese sector. Un recambio que, dice, no sólo debiera abarcar lo generacional, sino también los componentes sociales que han caracterizado a la derecha.

Republicanos es el nombre de la plataforma que será presentada en los próximos días, y con la que el ex dirigente estudiantil pretende integrarse a las tratativas entre RN, la UDI, Evópoli y el PRI para reponer un bloque opositor que compita en las elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales de los próximos dos años. La idea de una candidatura a diputado por Santiago, de hecho, es una de las alternativas que lo seduce y para la cual ya ha comenzado a reunir apoyos.

¿Cuál es la motivación para crear otro movimiento más dentro de los varios que se han ido formando en la derecha?

Nuestra plataforma promete impulsar transformaciones que hoy no se están promoviendo y decir cosas que hoy no se están diciendo. Creemos que hacemos un aporte de recambio generacional, así como un aporte por diversidad social. Aquí hay una generación de gente joven que viene de carreras distintas, de comunas distintas, y que nos permite ser un buen aporte a la coalición.

¿Menos de elite?

Sí, acá hay un grupo de jóvenes que no tiene que irse a vivir a una población para saber los problemas que tienen sus vecinos, nosotros vivimos ahí, vivimos en comunas populares y estamos orgullosos de nuestras historias de vida y de las posibilidades que han tenido, cada vez más en Chile, las personas para salir adelante por sí mismas.

¿Y qué aporte puede hacer un movimiento como Republicanos a una coalición que ya tiene varios integrantes?

Primero, creo que a la centroderecha le hace falta sangre nueva y, en ese sentido, en la medida en que el nuevo referente y la nueva coalición logren convocar y aglutinar a gentes de culturas y mundos distintos, va a ser un aporte.

Sin embargo, la derecha parece tener un déficit de entendimiento interno que le ha pasado la cuenta electoralmente...

Respecto de esta cultura endémica del sector, creo que se han ido dando pasos para que el bloque aprenda que no tenemos que seguir una política de codazos, sino que de una política de respeto, de unidad en la diversidad, y que obviamente el adversario político está al frente. Creo que en momentos en que estamos frente al mayor intento socialista de las últimas décadas, lo que el país requiere es una posición unida y ser muy claro y mostrar una coalición que sea claramente opositora a estos intentos, pero también propositiva de una alternativa al país. Si nos limitamos a decirle que no al gobierno, creo que es un error.

¿Es por esto que no hay militantes de los partidos tradicionales en Republicanos?

Los partidos políticos tienen su historia, su cultura. Yo soy una persona que valora mucho los partidos políticos, creo que han hecho una gran contribución al país, pero decidimos emprender este camino como independientes, ya que lo que queremos hacer es atraer nuevas personas, independientes, que en este momento no se sienten  convocados por la UDI o RN.

Entonces, es un requisito no militar en un partido político...

Estoy seguro de que muchos militantes consideran que esto que estamos haciendo en Republicanos es un aporte, sin embargo, los militantes republicanos van a ser personas independientes, su “militancia” va a ser con los republicanos. Los partidos políticos ponen su hito fundacional muy atrás, en los años 80 o 90, nosotros somos gente joven que ponemos nuestro hito fundacional hoy día.

Recientemente, el alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, dijo que RN y la UDI tienen fecha de vencimiento, ya que los jóvenes no querrán militar en ellos. ¿Comparte su opinión?

Conozco a muchos jóvenes que están en las juventudes de los partidos y por algo ellos tomaron esa decisión. Varios líderes estudiantiles, entre ellos. Creo que la coalición tiene que ser lo más amplia posible y cada persona verá dónde trabajar.

¿Ustedes pretenden transformarse en partido también?

No, hoy estamos decididos a ser una plataforma que incorpore a independientes a la coalición y no pensamos en constituirnos en un partido político.

Pero sí buscarán llegar al Congreso...

Al ser una plataforma política, queremos llevar candidatos a concejales, a diputados. Ya se verá si hacemos un pacto con algún partido. A mí me encantaría competir en los lugares donde podamos romper doblaje o donde podamos mostrar una alternativa a la izquierda estudiantil.

¿Una candidatura a diputado por Santiago, por ejemplo? ¿Competir con Giorgio Jackson?

De todas maneras. Si se da en Santiago, yo feliz de competir por ese desafío. Creo que aquí hay que dar señales claras de alternativas y de que los jóvenes no tenemos una sola visión respecto de las cosas y que tenemos distintas propuestas para el país, en muchas materias, especialmente en educación.

Sin embargo, la derecha hoy carece de liderazgos significativos entre las dirigencias estudiantiles...

En este sentido, las estructuras son muy importantes. La centroderecha se ha concentrado en algunos lugares y ha abandonado el resto. Cada cierto tiempo se alegra de recuperar la U. Católica. Creo que eso, en cierto sentido, es una muestra de la elitización de nuestro sector. Pero si de verdad fuéramos una coalición con sentido de poder, con vocación de mayoría, que quiere conquistar más corazones, tenemos que estar en lugares distintos y en circunstancias distintas, y obviamente eso no se limita a la UC.

¿Qué se necesita?

Lo que tenemos que hacer hoy día es recuperar las prioridades sociales de la gente, los temas que de verdad importan a los chilenos, porque muchas veces caemos en la elitización social, pero también en la elitización de preocupaciones. Cuando el gobierno está preocupado, por ejemplo, de aumentar el número de diputados y senadores, no es ni de lejos la principal preocupación de los chilenos.

Usted fue partidario del gobierno de Piñera. ¿Le parece que su administración hizo cambios relevantes en educación?

Creo que, en materias de fondo, la medida más sensata es haber emparejado las tasas de interés tanto del Fondo Solidario como del Crédito con Aval del Estado. Un segundo aporte fueron los liceos de excelencia. El hecho de tener 20 o 30 Liceos Bicentenario permite que los talentos puedan estar repartidos en toda la ciudad. El tercer gran aporte es la Beca Vocación de Profesor, creo que pone los incentivos correctos para que los mejores alumnos estudien Pedagogía.

¿Es Piñera el candidato de Republicanos para las próximas elecciones?

Si hay algo que nuestro sector tiene que tener muy claro es que debemos ganar las próximas elecciones presidenciales. Tenemos que presentar una propuesta a los chilenos y para eso tenemos muy buenos candidatos.

¿Como cuáles?

Suenan Andrés Allamand, Manuel José Ossandón, José Antonio Kast, Francisco Chahuán, Sebastián Piñera. Hay que ver cuál va a ser el mecanismo que la coalición determine para elegir al candidato. Obviamente, la figura del Presidente Piñera crece cada día en la medida en que este gobierno sigue cayendo en las encuestas y cometiendo los errores que ha ido cometiendo.

¿Qué es lo primero que debería hacer un nuevo gobierno de centroderecha?

Lo primero es deshacer esta reforma educacional, que desconfía de los padres y los educadores, y volver a poner el acento en la calidad de la educación.

¿Y cuáles serían sus propuestas?

Por ejemplo, cualquier persona que conoce la realidad de los jóvenes más vulnerables en materia de educación superior sabe que su problema no se soluciona solamente pagándole la mensualidad, sino que también quizás es necesario duplicar su beca Junaeb, darle un bono de 10 mil a 15 mil pesos para el pase escolar, e incluso darle lucas directas para el bolsillo, porque su costo-oportunidad es muy alto.

¿Se avanza en la dirección equivocada?

Es muy frustrante para todos los chilenos, y para mí, como ex dirigente estudiantil, el hecho de habernos movilizado más de un millón de jóvenes el 2006 con la Presidenta Bachelet y casi 10 años después tener la misma Presidenta y saber que la educación no va a mejorar

¿Podrá la derecha darles a los chilenos lo que necesitan?

Respecto del estado del país, soy pesimista en el corto plazo, pero muy optimista a largo plazo. Creo que estamos pasando por un mal momento, de desaceleración económica, de crisis económica, una crisis de confianza , una crisis política, pero creo que a largo plazo se va a terminar imponiendo el sentido común en los chilenos y espero que las propuestas de nuestra coalición sepan reconocer y valorar las preocupaciones de los chilenos. Si hay algo que la centroderecha no puede cometer, es caer en lo que ha caído  la izquierda, en la elitización de sus preocupaciones.