La última imagen que la sonda Juno envió desde Júpiter, muestra al planeta y cuatro de sus 67 lunas: Ganímedes, Io, Callisto y Europa. Tras eso, sus instrumentos fueron apagados para comenzar la maniobra que la noche del lunes la dejó en la órbita de Júpiter, donde estará por los próximos 18 meses.

Pero todavía le faltan etapas para comenzar a enviar  información científica.

La sonda de la Nasa debe completar 37 órbitas a una altura de 4.667 kilómetros, pero las primeras semanas serán para perfeccionar su alineación con la Tierra -de manera de lograr una comunicación eficiente y evitar cualquier bamboleo- y volver a encender sus instrumentos, en hibernación desde la semana pasada, lo que debería comenzar hoy.

Sin embargo, no se espera obtener buenas imágenes al menos hasta el 27 de agosto, cuando la nave alcance el punto más cercano al centro del planeta.

El siguiente hito es el 19 de octubre, cuando está programado que el motor principal se encienda por última vez, para poner a la nave en una órbita de 14 días (las primeras serán de 57 días).

"Nuestra fase oficial de recolección de ciencia comienza en octubre, pero hemos descubierto una manera de recopilar datos antes que eso, que cuando hablamos del único gran cuerpo planetario en el Sistema Solar es muy bueno. Hay mucho que ver y hacer aquí", dijo Scott Bolton, investigador principal de Juno, en un comunicado.

Juno es la primera sonda en llegar a Júpiter impulsada por paneles solares. Su misión es trazar la composición y estructura interna del planeta más grande del Sistema Solar, la cantidad de agua que se arremolina alrededor de su atmósfera, y si tiene un núcleo de elementos pesados.

Lo especial de su llegada a Júpiter es la dificultad de lograrlo. La nave pudo haber sido noqueada por el campo magnético del planeta (20 veces más fuerte que el de la Tierra) o dañada por la radiación ionizante y las partículas de polvo de los anillos de Júpiter, para lo que la nave lleva blindados sus instrumentos.