El primer ministro egipcio, Essam Sharaf, presentó hoy su renuncia al cargo junto a su gabinete, en medio de una ola de violencia que ha dejado más de 30 muertos en el país, y el Consejo Supremo de la Junta Militar estudia dicha dimisión, informaron fuentes locales.

Inicialmente, la cadena Qatarí Al Jazeera aseguró que la renuncia fue aceptada por el Consejo militar presidido por Muhamed Hussein Tantawi. Sin embargo, el sitio de noticias Al Ahram Online cita declaraciones de un vocero militar que asegura que el Consejo aún no ha tomado una decisión al respecto.

La fuente indicó que los generales están buscando primeramente un nuevo primer ministro en reemplazo de Sharaf antes de aceptar su renuncia. Entre los posibles candidatos mencionados por el portal menciona figura el Premio Nobel Mohammed el Baradei.

Sharaf había presentado su renuncia y la de su gobierno a los militares el 10 de septiembre pasado, después del asalto a la embajada israelí en El Cairo, invadida por manifestantes. En aquella ocasión el consejo rechazó el pedido.

Egipto vive inmersa en una crisis, que comenzó con la  revolución del 25 de enero pasado, cuando activistas convocaron a un "Día de Furia" contra el gobierno, y que terminó el 11 de  febrero con la renuncia del Presidente Hosni Mubarak, que estaba  en el poder desde 1981.

En las primeras horas de esta mañana se anunció un acuerdo para una tregua, alcanzado con la policía del imán de la gran mezquita de Omar Makram (detrás de la plaza Tahrir), basado -al  parecer- en la entrega de un oficial y de cuatro agentes de policía tomados como rehenes por los manifestantes ayer en la tarde.

Sin embargo, luego de la liberación de esos rehenes, la  policía volvió a intervenir con dureza para desalojar parte de  la plaza, donde se había instalado nuevamente una carpa de  campaña.

En una improvisada conferencia de prensa en la plaza Tahrir,  el general Saib Abbas, asistente del comandante militar de la  región, dijo que la protesta es un derecho garantizado, siempre que no perjudique el interés público. Abbas agregó que en la plaza no hay agentes de policía ni  militares sino que se organizó un servicio de orden para  proteger la zona de los ministerios, en especial del Interior.

Desde Londres, en tanto, el ministro de Exterior británico, William Hague, afirmó que los recientes incidentes en Egipto no  deben desalentar el optimismo por la llamada "primavera árabe". Según Hague, los militares deberían continuar a cargo del  proceso electoral, pero tendrán que facilitar "la transición más rápida posible a un gobierno democrático civil".

Hague también pidió a los militares poner fin al actual estado de emergencia en Egipto, liberar a manifestantes detenidos, finalizar los juzgamientos de estos en cortes  marciales, y reactivar la economía local. "Deberían hacer todo esto. Pero creo que es importante que  estén a cargo de las elecciones que se están llevando a cabo  ahora y que deberían producir una asamblea que establezca una  nueva constitución", afirmó el jefe del Foreign Office a la radio 4 de la BBC.

"Queremos ver el traspaso a un gobierno civil, la creación de  una constitución que sea ampliamente aceptada, garantías  robustas para los derechos humanos, y mayor control a las  fuerzas de seguridad", agregó el canciller británico.

Los activistas exigen la elección de un gobierno civil, a más tardar hasta mayo del próximo año, según cita la cadena CNN.