El economista jefe saliente del Banco Central Europeo (BCE), Jürgen Stark, considera que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido demasiado blando con Grecia a la hora de imponer reformas estructurales.
Stark, un valedor de la ortodoxia monetaria, defiende en una entrevista que publicará mañana el diario austríaco "Der Standard" las medidas de austeridad y las reformas estructurales para sanear las cuentas públicas y afirma que en Irlanda y Portugal se está cumpliendo el calendario de ajustes.
En el caso de Grecia, indica que "un cambio en la política económica de 180 grados, después de muchos, muchos años de políticas equivocadas, no puede traer resultados positivos en poco tiempo".
Asegura que Grecia no ha aplicado a su debido tiempo el calendario de reformas y privatizaciones, lo que explica que el país esté atrasado en lograr su objetivo de reducir el déficit al 7,6% este año desde el 10,5 % en 2010.
"Una parte de la población griega no parece darse cuenta de lo grave que es la situación y que su economía ha estado por encima de sus posibilidades durante años. La creencia de que hay una terapia indolora es una ilusión", afirma.
Stark sostiene que en el FMI existe un debate sobre el trato que se ha dado a los países europeos que han solicitado ayuda, como el caso de Grecia, y que han recibido condiciones menos duras que otros Estados fuera del Viejo Continente.
"A los países que han pasado por una crisis similar antes se les impuso condiciones mucho más estrictas, el FMI fue mucho menos generoso con ellos", señala.
Por ello, añade, "si los países europeos quieren seguir contando con este tipo de apoyo de la comunidad internacional, también tienen que aceptar las normas internacionales".
A su juicio, las medidas mucho más duras puestas en marcha en la crisis asiática que estalló en 1998 en Tailandia y se expandió al resto de la región demuestran el funcionamiento de las políticas de austeridad.
"Mire con qué rapidez los países del sudeste de Asia aplicaron los programas en la segunda mitad de los 90 y cómo llegó con rapidez el crecimiento. Aquí debe existir un trato igual", afirma.
Miembro del comité ejecutivo del BCE desde el 1 de junio de 2006, Stark, quien siempre manifestó su oposición al programa de compra de deuda pública que la entidad monetaria europea lleva a cabo desde mayo de 2010 para ayudar a los estados que atraviesan dificultades de financiación, anunció el pasado viernes que abandonaba el cargo.