Temporada de turbulencias para Justin Bieber (19). Luego de cerca de dos años posicionado como la mayor estrella adolescente del planeta, 2013 configuró su difícil transición a la adultez y lo tuvo subordinado a la crónica roja bajo noticias que hablaban de detención por porte de marihuana, demandas por agresiones a fotógrafos, shows cancelados y hasta la promesa de un temprano adiós a la vida en escena. Pero como todo buen estratega del mercado pop, el canadiense tenía reservado el epílogo de su año más intenso y los primeros meses del período que se avecina, para ofrecer otro golpe de efecto que intentará devolver la atención hacia su suceso artístico: la salida de un nuevo disco y de un documental que lo retrata en plena gira, aun entre aviones, hoteles y estadios repletos.
Se trata de Believe 3D, película dirigida por el estadounidense Jon M. Chu (G.I. Joe 2: El Contraataque) y que recoge su último tour del mismo nombre, el mismo que aterrizó en Santiago el 12 de noviembre. Planteada como una secuela de Never say never (2011) -primera película, que profundizó en su fenómeno y también dirigida por el realizador-, la producción mezcla secuencias de los shows materializados a principios de este año en Miami o Toronto, con grabaciones inéditas de sus inicios, aparte de entrevistas a su familia, su mánager y el cantante Usher, mentor de su despegue.
Pese al carácter más oficialista que merodea el proyecto, las reseñas de los medios que ya accedieron al documental apuntan a que, a diferencia de la primera entrega, aquí el intérprete se ve mucho más adulto (el cambio físico es evidente en el trailer) y hablando de temas como la presión por extender el éxito o lo fastidioso que a veces le resulta saltar al escenario, cuando su ánimo y energía dicta otra cosa. Para comprobarlo, Believe 3D se estrena mañana en EE.UU. y a Chile arribará el jueves 30 de enero, con un estimado de casi 20 salas.
Antes de su vuelta a la pantalla grande, el hombre de Baby lanzará un disco bautizado como Complete my journals y que recoge, precisamente, la campaña que funcionó como aperitivo del registro: entre el 7 de octubre y el 9 de este mes, Bieber estrenó un tema nuevo durante cada lunes, los que se compilarán en el álbum junto a otros cinco tracks que no fueron parte de la dinámica.
"Es un título con un sonido más adulto, que no sólo trae canciones dispersas, sino que se establece como una totalidad más coherente. Además, hay un gusto por el R&B más pausado y elegante y no sólo por los sintetizadores chillones", reseñó el Daily News. El trabajo se estrenó ayer en EE.UU. y llegará esta semana al país, en otro intento por seguir rentabilizando su impacto.