Juventus ha tenido una Champions League de pura lucha. Hoy, en el encuentro que sostuvieron con el Atlético de Madrid, que terminó 1-0 a su favor, dieron cuenta de un episodio más de la compleja y ardua tarea que han tenido que sacar adelante en el torneo internacional para conseguir la clasificación en un apretado grupo, que terminó apartando de la competencia al Olympiakos griego y al Malmo de Suecia.
Con Arturo Vidal desde el primer minuto, la "Vecchia Signora" recibió en casa al campeón de la liga española, que se presentó con un libreto que ya tienen patentando con Diego Simeone en la banca. Con una rigurosidad táctica que asombra, y siguiendo al pie de la letra lo que dibuja el técnico argentino en su pizarra, los "colchoneros" se transformaron en un auténtico frontón para su rival, repeliendo cuanto ataque llegó sobre su área, y minimizando al español Fernando Llorente como cabeceador, casi el única arma que propusieron los italianos para atacar en un inicio.
Los albirrojos, esta vez de amarillo y azul, esperaron con tranquilidad a la "Juve", que avanzaba sin problemas hasta tres cuartos de cancha. Su problema empezaba ahí, cuando la eterna, pero aletargada posesión de los dirigidos de Massimiliano Alegri se transformaba en inócua e intrascendente ante la severidad defensiva de los hispanos.
Pogba, Tévez y el propio Vidal lograron romper la monotonía del partido recién en el inicio del complemento, con algunas inspiraciones personales que en algo inquietaron al fondo de sus oponentes. Sin embargo, el buen pie del Atlético en la salida, con intérpretes que se conocen de sobra sus movimientos, ponía esa cuota de incertidumbre sobre lo que podía acontecer a continuación.
Si el empate servía en ese momento, la igualdad que también conseguía el Olympiakos en su propia casa terminaría por matar el partido, que estuvo lejos de ser un espectáculo a la altura de la máxima competición de clubes en el mundo. Tampoco se condecía con el peso de las instituciones que estaban en la cancha, ambas monarcas en sus respectivas ligas. Aún sin goles, aún sin un mejor fútbol, el pase a la próxima ronda estaba prácticamente asegurado, y se evidenció que los jugadores, con el freno de mano puesto, así lo entendían.
No hubo movimientos en el marcador, y tampoco en la clasificación final del Grupo A, que terminó con el Atlético liderando la tabla, seguido por la "Juve", a tres puntos de distancia. De espectáculo poco en Turín, pero con el objetivo cumplido, poco importa.