Puede tener sus dudas en el plano internacional, pero en lo que respecta a Italia, nada ni nadie parece detener el tranco arrollador que mantiene Juventus en su camino al triple Scudetto. El rival de turno, Parma, poco pudo hacer para hacerle frente, y terminó sucumbiendo con un 2-1 en el marcador. 

El partido comenzó con el dominio habitual de la "Juve", que manejaba los tiempos y el desarrollo del juego con tres hombres claves en el mediocampo como Andrea Pirlo, Paul Pogba, y el chileno Arturo Vidal. El ex Bayer Leverkusen se mostró participativo, y se proyectó constantemente en ofensiva para complementarse con sus compañeros en ataque. 

Pero el partido fue de otro sudamericano. Carlos Tévez estaba encendido y consiguió las dos anotaciones que prácticamente terminaron con cualquier ilusión que podía tener la visita. Primero con un remate cruzado en los 25', y luego capturando el rebote que dejó el portero Mirante, tras un remate del propio Vidal.

Con dos goles de ventaja en el marcador, el ritmo del partido decayó considerablemente, y pareció que tanto el local como la visita comenzaban a aceptar el resultado. Sin embargo, tras una jugada un tanto sucia, el lateral izquierdo Cristian Molinari se encontró con una pelota cayendo que de una volea la clavo ante la atónita mirada de Gianluiggi Buffon. Un golazo en los 62', para volver a meter al Parma en el partido. 

Pero el esfuerzo quedó ahí. La expulsión de Amauri tres minutos después, arruinó cualquier intento de remontada. Mauricio Isla ingresó en el 71', cuando el técnico Antonio Conte pensó que era momento de mitigar esfuerzos. Sebastian Lichesteiner abandonó por el chileno, así como también Pirlo y Fernando Llorente, para darle minutos a Claudio Marchisio y Mirko Vucinic.

El marcador permaneció inmóvil durante el resto del partido, y Juventus no cedió terreno en lo más alto de la Serie A. Con 81 puntos, y una diferencia de once con la Roma, los de Conte se acercan a pasos agigantados al triple Scudetto.