Un tribunal de Finlandia inició hoy el proceso contra el comisario de Policía que pudo evitar la masacre estudiantil de Kauhajoki en septiembre de 2008, en la que un joven asesinó a tiros a nueve compañeros y a un profesor antes de suicidarse.

El comisario, quien interrogó al asesino un día antes del tiroteo, está acusado de negligencia e incumplimiento del deber con resultado de once muertes por no haberle confiscado la pistola pese a que los indicios apuntaban a que se trataba de un joven con problemas psicológicos.

Los familiares de las víctimas solicitan una condena para el policía, un agente con 30 años de experiencia, y exigen que el Estado finlandés sea considerado responsable civil subsidiario y les abone una indemnización de unos 860.000 euros por daños y perjuicios.

"Obviamente el dinero no puede sustituir a una vida humana. Esta es una compensación simbólica y razonable, dado el sufrimiento indescriptible por el que han tenido que pasar estas personas", declaró a la televisión nacional YLE el abogado de las familias, Lasse Vuola.

Por su parte, tanto el comisario de Policía como el Gobierno finlandés consideran que no existe delito alguno ya que, en su opinión, era imposible prever que el joven Matti Saari iba a cometer una masacre.

La tragedia comenzó a fraguarse en septiembre de 2008, cuando un internauta anónimo denunció a la Policía que alguien apodado "Mr. Saari" había colgado en YouTube cuatro videos muy similares a los que grabó Pekka-Eric Auvinen antes de asesinar a tiros a ocho personas en un instituto finlandés un año antes.

Inmediatamente, la policía de Kauhajoki, pequeña localidad al oeste de Finlandia, examinó los videos, en los que aparecía un joven realizando prácticas de tiro con una pistola semiautomática, y descubrió la identidad real de su autor, Matti Saari.

Al comprobar que éste tenía licencia de armas de fuego desde hacía sólo un mes, el comisario encargado interrogó a Saari para cerciorarse de que estaba en condiciones mentales como para manejar su pistola.

Al terminar la entrevista, el agente no vio ninguna razón que motivara la retirada de la licencia de armas de Saari ni la confiscación de su pistola, aunque decidió seguir de cerca su caso en el futuro.

Sin embargo, menos de 24 horas después del interrogatorio, Matti Saari irrumpió en un aula de la escuela de hostelería de Kauhajoki y mató a nueve estudiantes y a un profesor antes de suicidarse.