Junto a un grupo de parlamentarios, en su mayoría pertenecientes a la Nueva Mayoría, portó un lienzo con la siguiente leyenda: "Por un nuevo Chile. Bancada transversal por la asamblea constituyente". Con esto, la diputada comunista Karol Cariola se hacía parte del grupo de diputados y senadores que pretenden impulsar un cambio a la Constitución a través de una asamblea. Como coordinadora del grupo, Cariola profundiza los desafíos del llamado "dilema constitucional", además de criticar carencia de participación en lo avanzado de la reforma educacional.

La Presidenta Bachelet fijó para el próximo año el cambio a la Constitución. La conformación de esta bancada ¿no complica la agenda legislativa del gobierno?

No creo, los tiempos políticos no se limitan al envío de proyectos al Congreso. El debate de la nueva Constitución está marchando y está presente en todo el resto de las reformas. Por lo tanto, para mí, el proceso constituyente ya partió. Y parte del proceso constituyente tiene que ver con la discusión de un mecanismo para una nueva Constitución y eso no pasa necesariamente cuando el Ejecutivo marca el momento político para mandar un proyecto, sino que parte de las necesidades de la ciudadanía de plantearlo.

Entonces, ¿la agenda trazada por el gobierno está a destiempo?

No sé si a destiempo, el gobierno tiene derecho a marcar sus tiempos políticos. Si el gobierno considera necesario presentar su proyecto de ley en el primer semestre del próximo año, está bien. Mientas, nosotros vamos a contribuir a ese proceso generando propuestas e impulsando el debate.

En un inicio, Bachelet dijo que la reforma a la Constitución sería para el segundo semestre de este año. Luego, la aplazó para el 2015. ¿Cómo interpreta dicha dilación?

El gobierno está entendiendo que en el Congreso Nacional el debate legislativo debe tener cierto ritmo, tampoco se puede atochar al Congreso con un montón de proyectos. Y no porque el proyecto se envía el próximo año, la discusión se va a suspender. Lo mismo pasó con el tema del aborto. Ahí se planteó que la discusión iba a ser a fines del segundo semestre, pero el debate lo instaló la propia Presidenta este 21 de mayo.

¿Cómo tendría que ser la asamblea que contempla la bancada AC?

Una de las propuestas que estamos discutiendo es que el Congreso le entregue las facultades a la Presidenta de la República para hacer un plebiscito vinculante, que permita definir el mecanismo de cambio a la Constitución. Y después de desarrollado el proceso constituyente, esa misma Constitución sea refrendada por el pueblo por otro plebiscito vinculante. Esperamos discutirlo con la ciudadanía y tener el apoyo de la Nueva Mayoría.

La Constitución requiere un alto quórum para modificarla, incluso se acusa que tendría "cerrojos" que impedirían cambiarla. ¿No corre el riesgo esta bancada de que sea meramente testimonial?

Siempre hay riesgos, pero creemos que Chile está preparado para un debate serio para cambiar la Constitución. Lamentablemente, hay muchas personas conservadoras que quieren mantener las cosas como están, porque les acomoda.

Cito a Osvaldo Andrade: "Parlamentarios planteando esto niegan su propia representatividad".

Por lo mismo, a propósito de la misma representatividad que define a los parlamentarios, son los que menos temor deberían tenerle a la ciudadanía, a que el pueblo se pronuncie.

Según su criterio, ¿dónde radica el poder constituyente: en el pueblo o en el Congreso que elige el pueblo?

Para mí, el poder constituyente está radicado en el pueblo directamente, lo que no quita legitimidad al Congreso electo, los que seremos parte del poder constituyente.

Un Congreso electo bajo el sistema binominal, ampliamente cuestionado...

Efectivamente, el sistema binominal es completamente ilegítimo, pero la representación del Congreso no es la misma que hace cuatro o cinco años, donde había sólo dos fuerzas políticas.

En una actividad del PS el lunes, Camilo Escalona decía que las asambleas son para momentos de crisis institucionales.

No lo comparto. Pensar en que la asamblea sólo se da en crisis institucionales es vetar un método que es legítimo. Cuando se sataniza la asamblea, se expresa el temor de que el país opine. Hay que romper esa lógica de que las definiciones políticas se toman en las instituciones y que el resto sólo tiene que acatar.

En otro tema, el oficialismo ha criticado la estrategia para impulsar y defender la reforma educacional. ¿Qué le ha parecido a usted?

No creo que ha sido errada, pero es mejorable. El error, principalmente, tiene que ver con falta de participación. Respaldamos a las organizaciones sociales que han manifestado su molestia frente a los primeros proyectos, donde no hubo proceso prelegislativo de discusión. El ministerio se ha comprometido a generar mesas de participación. Apoyo que los acuerdos que se sinteticen ahí con el ministerio sean vinculantes e incumbentes.