Kipyegon impone su violento sprint

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La keniata gana los 1.500 metros. Semenya ingresa al podio en los metros finales. Dibaba, la gran decepción.




La final de los 1.500 metros asomaba como una de las más apasionantes de la cuarta jornada del Mundial de Atletismo de Londres. La competencia, que cerró la noche, contaba con todos los ingredientes para hacer de ella una carrera épica.

Tenía, por un lado, el morbo de ver a Genzebe Dibaba, la campeona mundial en Beijing 2015, luchando para remontar los malos tiempos con que llegó hasta aquí; por otro, el hecho de ver a la sudafricana Caster Semenya pelear en una nueva prueba, de casi el doble que los 800 metros, donde ella es reina.

Cumplió con eso y más. Aunque la disputa no contó con cronos que llamaran la atención -de hecho, más bien fue lenta- la pugna por las medallas fue fantástica.

Las atletas, entre ellas Semenya, se dividieron en dos grupos a partir de la segunda vuelta, como siempre ocurren cuando se utiliza la estrategia de la arremetida desde el pistoletazo. La carrera fue muy táctica.

Cuando lograban los 800 metros, la holandesa Sifan Hassan, bronce hace dos años en el Mundial de Beijing y campeona mundial en indoor, dio el primer golpe, pero Faith Kipyegon se mantuvo en las primeras posiciones siempre, esforzándose en cada zancada.

Ambas se separaron del grupo y parecía que se iban a jugar por el oro, pero sólo la keniata pudo mantenerse de cabeza en la recta final, donde Simpson y Semenya, remontaron para meterse en el podio.

El ejercicio de apostar por quien podría subirse al podio era inútil. De hecho, la prueba no se definió sino hasta la recta final. Allí, la keniata Kipyegon venció con un crono de 4'02"59, corriendo desaforada, superando a la estadounidense Jennifer Simpson , que terminó en 4'02"76.

El show, eso sí, lo dio Caster Semenya, quien parecía quedarse absolutamente fuera de las medallas, sobre todo durante la última vuelta. Por el carril externo, cuando era novena a sólo 200 metros de la meta, la sudafricana se hizo prevalecer, entre codazos y empujones, metiéndose finalmente al podio en los últimos metros, cerrando su carrera con un meritorio 4'02"90. Le arrebató el bronce a la británica Laura Muir (4'02"97), quien a esas alturas ya no pudo luchar para evitarlo.

La gran decepción de la noche recayó en la vigente campeona Dibaba. La etíope finalizó en la décimo segunda posición, la última, a más de cuatro segundos de la ganadora (4'06"72). Amargura total para quien en 2015 reestableciera la plusmarca mundial de la prueba, fijándola desde ahí en 3'50"07. Kenia celebra, su dominio en el medallero se repetirá en estos Mundiales.

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