"Las nuevas construcciones están todas a la espera de quién ganará la elección; las ventas de autos, también. Vengo del doctor esta mañana y su negocio se ha caído 30%... hay mucho temor", comenta al otro lado del teléfono, desde Lima, el ex candidato presidencial Pedro Pablo Kuczynski.

Sus pergaminos son extensos: fue economista jefe para América Latina en el Banco Mundial; hizo una exitosa carrera en Wall Street; desarrolló la división minera de Alcoa, la productora de alumino más grande del mundo, y la lista continúa.

Pero por segunda vez, sin embargo, en abril perdió la oportunidad de llegar a la presidencia de Perú. Ahora apoya en el balotage del 5 de junio a la hija del ex presidente Alberto Fujimori, Keiko, y se opone tenazmente a que el líder nacionalista Ollanta Humala concrete sus aspiraciones presidenciales.

Cree que Perú necesita la continuidad que Keiko propone para seguir creciendo a tasas altas. "La inversión ha sido el motor del crecimiento aquí, con una tasa del orden de 27% ó 28% del PIB. Eso requiere mucha estabilidad y también un superávit fiscal para financiar la parte pública que ha crecido muchísimo en los últimos tres o cuatro años", estima Kuczynski.

Usted ahora ha dicho que apoya a Keiko. ¿Por qué?
Bueno, lo que he dicho es que tenemos que ser objetivos y mirar bien a los candidatos. Obviamente, la gente sabe que no simpatizo con Humala, pero no he dicho "voten por Keiko" tampoco. Sí creo que Keiko tiene una mejor chance de hacer un gobierno que no sea ideológico, que mantenga la economía andando bien y obviamente creo que la opinión pública y ella también, van a empujar reformas muy necesarias.

¿Cuáles son esas reformas clave que requiere Perú?
Tienen que ver principalmente con la reducción de la pobreza y la creación de mucho más empleo formal. Aquí sólo un tercio del empleo total es formal-formal. Muchas personas no tienen pensión ni seguros, lo cual lleva a propuestas como las de Humala, que es la Pensión 65, una jubilación no contributiva para un millón y medio o dos millones de personas sobre 65 años que nunca han tenido una jubilación, y eso es súper costoso.

Crear más empleo formal se aborda con una reforma tributaria que facilite la contratación y lo haga menos costoso para las pequeñas empresas; reducción de impuestos, sobre todo el IGV (el IVA peruano), que ya se ha empezado a hacer despacito, y reducción del impuesto a la renta también, que aquí es bastante alto: para las empresas, si hay dividendos, es de 33% y si no los hay es de 30%, una tasa bastante alta si comparamos con el mundo.

¿Qué receta de los candidatos es más efectiva contra la pobreza?
Ni el uno ni el otro habla mucho del agro, que es el centro del problema de la pobreza en Perú. La pobreza está concentrada en las zonas rurales y hay que tener un programa ahí. El padre de Keiko tuvo un programa ahí que se llamaba Foncodes, una especie de banco de pequeños proyectos que tuvo bastante éxito, pero que era también muy político.

Agua potable y desagüe es un tema central del cual han hablado los dos, pero no mucho. Puestos de salud es otra cosa; se necesita una reforma del sistema de salud. Tenemos dos sistemas estatales, el del Ministerio de Salud y el Seguro Social, donde hay una duplicidad de funciones, ineficiencias, dos sistemas salariales, que tampoco es bueno.

Si ninguno se ha ocupado de esa causa de la pobreza, ¿quiere decir que ambos van a fracasar en sus intentos de reducirla?
No, quien asuma va a tener que ocuparse de eso inmediatamente, porque estamos viendo protestas en varios sitios, un ambiente muy recalentado, sobre todo en el sur del país, y esto se debe a gente que fomenta este tipo de cosas, pero también a la pobreza en esa zona. De todas maneras se va a atacar ese problema.

Esta elección es una pugna entre el temor, por un lado, que es toda la gente que votará por Keiko, y la rabia , que se siente por la gente que se encuentra marginada del progreso. Las expectativas son altísimas. La economía crece al 8% ó 9% y las expectativas de la gente más humilde crecen al 50%. Esa es una parte del problema, independientemente de si el candidato es Keiko o Humala.

Keiko suscribió un acuerdo propuesto por usted…
Es un pacto, un compromiso por el Perú, que son seis cosas. Lo más importante, que concierne a Keiko, es un deslinde total con crímenes de lesa humanidad, que se refiere a su papá. Está también el respeto total a la Constitución, y respeto total a la libertad de expresión y a los medios, que se refiere a las propuestas que ha hecho Humala. El resto son temas económicos, pero esas tres cosas son fundamentales. Lo ha firmado Keiko, no lo ha firmado Humala. El firmaría el jueves un acuerdo de no hacer cambios constitucionales, pero eso en realidad no tiene mucho valor, pues modificaciones así tienen que ser aprobadas por el Congreso.  

¿Usted tendrá algún rol en un eventual gobierno de Keiko?
Yo he conversado con ella varias veces y no hay ningún compromiso ni de un lado ni del otro. Lo que tiene que hacer ella, primeramente, es concentrarse en ganar este balotage.

¿Específicamente, qué propuestas lo acercan a Keiko?
El programa económico de Keiko consiste en continuar con el sistema actual, que es de mercado, y darle un poco más de contenido social. En la campaña su programa económico no ha sido el centro del debate, sino que el tema de la inseguridad. El consenso en Perú, de la gente que sigue estas cosas, es que la política económica está bien, pero que hay que darle un sesgo mucho más social. Está lo que propone Humala, como estas pensiones no contributivas y una rebaja dramática del costo del gas domiciliario. Lo propuesto por Keiko es más tradicional: más educación, más proyectos de agua, de caminos.

Cuando Humala dice que va a nacionalizar los fondos de pensión y después lo desmiente, ¿usted le cree?
En el caso de Humala el debate ha sido cuáles son sus propuestas, pues él ha ido cambiando su programa a lo largo del camino. Hay mucho escepticismo aquí sobre este tipo de declaraciones, porque la opinión pública, los empresarios, miran lo que ha pasado en países con los cuales Humala simpatiza, como Venezuela. En Venezuela se ha nacionalizado casi todo, sólo quedan empresas medianas y pequeñas. Por eso no se cree mucho en estas declaraciones de que no va a tocar los fondos de pensiones. Vemos también lo que ha pasado en Argentina, y vemos que en su equipo de gobierno hay personas que no simpatizan nada con los fondos de pensiones privados.

De ganar Humala, ¿sería un peligro para la economía peruana?
Lo que pasa en estas cosas es que en los primeros dos años se gasta lo que se ahorró y en Perú hay un ahorro bien grande en el Fondo de Reserva Fiscal. Entonces, la inversión se para por algún tiempo, el gobierno gasta mucho, y luego al tercer año viene el momento de la verdad. Eso es lo que pasó en Venezuela, donde los primeros dos años, hasta el 2000, fueron buenos y después empezaron los problemas. Acá tuvimos una situación similar del 85 al 87, cuando hubo un tremendo auge y luego vino toda una crisis en el 87 y 88.  

¿Qué le recomienda a los empresarios chilenos para navegar estos tiempos que vive Perú?
Primero, tranquilos: no hacer grandes declaraciones, no decir mucho. Creo que todos ellos están siguiendo esa regla, es decir que lo están haciendo bien. Cuáles son las grandes empresas que están aquí: está Lan para empezar, que es importantísima en Perú. Luego está el grupo Falabella, está Ripley. Todo eso es muy importante y luego hay cantidades de otras inversiones más pequeñas. Diría que lo más importante es no decir mucho y esperar a ver qué pasa con esta elección. Creo que Keiko tiene una chance de salir victoriosa, pero en este momento no es un chance tan grande. Ella necesita un margen sustancial en las encuestas para ganar el día de la elección, porque Humala tiene fuerza en las zonas más apartadas, en las zonas rurales, que no están suficientemente incluidas en las encuestas. Entonces, si uno tiene un margen de 2% ó 3%, no sirve; hay que tener uno de 6% u 8%.