La acidificación de los océanos causada por el cambio climático está haciendo más difícil que las criaturas marinas, desde las almejas hasta los erizos, hagan crecer sus conchas y es probable que la tendencia se note más en las regiones polares, dijeron científicos el lunes.
Un adelgazamiento en la capa protectora de mejillones, ostras, langostas y cangrejos es probable que perturbe las cadenas alimentarias marinas haciendo a las criaturas más vulnerables a los depredadores, lo que podría reducir las fuentes humanas de pescados y mariscos.
"Los resultados sugieren que el incremento de la acidez está afectando al tamaño y peso de las conchas y esqueletos y la tendencia es generalizada en todas las especies marinas", dijo la British Antarctic Survey (BAS) en un comunicado sobre sus resultados.
Las emisiones humanas de gases de efecto invernadero incluyen las de dióxido de carbono por la combustión de combustibles fósiles y parte de ese dióxido de carbono termina en los océanos, donde se disuelve para formar ácido.
La acidificación de los océanos complica a las criaturas la extracción de carbonato de calcio -vital para el crecimiento de sus esqueletos y conchas- especialmente los de agua fría en el Océano Ártico y alrededor de la Antártida, según un estudio publicado en la revista 'Global Change Biology'.
"Cuando el agua se vuelve más fría, es más difícil extraer el carbonato de calcio y los animales tienen el esqueleto más delgado", dijo a Reuters TV el profesor Lloyd Peck de la BAS en una entrevista.
"Creemos que las regiones polares, y especialmente la Antártida, es probable que sean los primeros lugares donde los animales tuvieron esos problemas críticos para formar sus esqueletos", dijo.
Los cambios se están produciendo en aguas frías y es probable que sean una señal de lo que cabe esperar en un futuro en zonas templadas y en los trópicos, dijo.
Los expertos estudiaron cuatro tipos de criaturas -almejas, caracoles de mar, conchas y erizos de mar- en 12 sitios, que se extienden por todo el mundo, desde el Ártico hasta la Antártida.
"El hecho de que los mismos efectos ocurran constantemente en los cuatro tipos sugiere que el efecto se está expandiendo entre las especies marinas y esto aumenta la acidificación de los océanos que progresivamente reducirá la disponibilidad de carbonato de calcio", dijo.
En el pasado, los animales habían evolucionado para ser capaces de vivir en lugares donde el carbonato de calcio era relativamente difícil de conseguir -como la Antártida- formando esqueletos más livianos, dijo.
Así que hay esperanza de que podrían ser capaces de evolucionar de nuevo para adaptarse.