¿Quién no ha presenciado con horror el nacimiento de un barro enorme, gordo y graso en su rostro?
La mayoría de nosotros –de hecho, el 85% de la población- sufrimos o hemos sufrido en algún momento de nuestra vida por las molestas espinillas en la piel.
Para algunas personas, sin embargo, el problema del acné puede ser mucho más que una molestia temporal.
El acné puede significar años de trastornos emocionales, de sentirse inferior y acomplejado y de graves consecuencias psicológicas.
¿Porqué surge?
El acné, (acné vulgaris), es la enfermedad inflamatoria de la piel más común en el mundo.
Afecta a cerca del 90% de los adolescentes, a menudo llega a su apogeo a los 15 años. Pero también puede continuar por años ya que 12% de adultos, principalmente mujeres, sufren acné.
La causa más común del acné son los cambios hormonales. Por eso se desarrolla en la pubertad cuando el organismo comienza a producir hormonas sexuales.
La piel tiene miles de folículos pilosos microscópicos y en cada uno de ellos hay una glándula sebácea que produce una sustancia grasosa, el sebo.
Las hormonas provocan un aumento en la producción de sebo y esta secreción excesiva de grasa, junto con las células muertas de la epidermis, bloquean el folículo piloso provocando su inflamación y la formación de una espinilla, barro, o grano.
Por eso el acné ocurre principalmente en zonas de la piel donde hay una mayor densidad de folículos sebáceos, como la cara, el cuello, el pecho y la espalda.
Durante décadas los científicos han tratado de descubrir si estas glándulas sebáceas y el sebo que producen tienen alguna función útil.
El sebo no ayuda a proteger a nuestra piel de la luz solar, ni de la pérdida de fluidos o el desarrollo de bacteria. Al parecer la única utilidad de esta sustancia es causar acné.
Leve y severo
Aunque la mayoría de los casos de acné son leves o moderados y desaparecen al final de la adolescencia, también se dan casos muy severos que resultan en cicatrices permanentes en la piel, o casos en que el acné nunca desaparece del todo.
Los expertos afirman, sin embargo, que aún cuando es leve o moderado, el acné puede tener efectos devastadores en la autoestima de la persona, principalmente porque ocurre en una época de la vida en que se suele ser más inseguro socialmente.
"Aunque se da todo un espectro de acné que va desde el muy leve hasta el muy severo, el impacto psicológico puede ser enorme incluso cuando el trastorno es mínimo" explica a la BBC la doctora Alison Layton, especialista en dermatología de la Fundación para la Piel del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido.
"Creo que esto se debe a que afecta a los jóvenes en una época en la que están pasando por los cambios más grandes y cuando desean verse bien".
"La gente con acné leve puede sufrir depresión y aquéllos con acné muy severo en ocasiones pueden enfrentar bien el trastorno".
"Es decir, la enfermedad tiene el potencial de causar graves problemas psicológicos, porque la depresión puede ser muy grave y conducir al suicidio".
Tratamientos
Aunque hay una creencia común de que la dieta o ciertos alimentos pueden empeorar el acné, por ejemplo, el chocolate o las comidas fritas o grasosas, no hay bases científicas que apoyen esta idea.
Se ha observado, sin embargo, que someterse a un examen, comenzar una nueva relación y algunas otras formas de estrés pueden provocar un brote de acné.
También las mujeres suelen tener un aumento de acné justo antes del inicio del período menstrual, o puede ser provocado por el embarazo y ciertos cosméticos o medicamentos.
Tal como dice a la BBC la doctora Susannah Hoey, especialista en dermatología del Hospital Royal Victoria en Belfast, hoy en día contamos con varios tratamientos efectivos para el acné.
"Ciertamente podemos tratar el acné y es muy importante que la gente lo sepa".
"Contamos con antibióticos que pueden aplicarse localmente o tomarse en forma de tabletas y también hay medicamentos especializados para los casos más severos de acné", dice la especialista.
¿Cuándo buscar ayuda?
En casos más leves de acné muchas veces nos vemos tentados a exprimir los barros para desbloquear la grasa.
Pero la experta recomienda asegurarse de que las manos están limpias y de que no se ejerce demasiada presión en la espinilla porque hay riesgo de agravar la infección o dañar la piel y provocar una cicatriz permanente.
También en casos leves de acné, cuando solo brotan algunos granos ocasionalmente, podría bastar con una loción medicinal o lavado facial que retire el exceso de grasa y limpie la piel.
En las tiendas y farmacias también se pueden encontrar ungüentos, cremas y lociones que contienen peróxido de benzoílo, que producen una acción antibacteriana y de exfoliación en la piel que reduce los niveles de bacteria y el bloqueo de poros.
Y también hay varios tratamientos alternativos que podrían ayudar a algunas personas, por ejemplo, mascarillas faciales de ácido silicico coloidal o aceite de árbol del té (aceite de Malaleuca) que producen efectos antisépticos y antibacterianos.
"El mensaje principal –dice a la BBC la doctora Hoey- es que existen tratamientos disponibles para ayudar a controlar e idealmente curar el acné".
"Así que mi consejo es, visita al médico si tienes alguna preocupación por el estado de tu piel, porque podemos ayudarte".