Su mejor lanzamiento fue de 69,05 metros, marca con la que estableció su reinado en la cita moscovita y, de paso, se adjudicó el mejor logro planetario de su carrera.
Con este resultado, la australiana Kimberley Mickle se quedó con la presea de plata tras lanzar 66,60 metros, mientras que la rusa Maria Abamukova, que llegaba como favorita a la final, se colgó la de bronce con un registro de 65,09 metros.
La alemana de 31 años ya posee dos medallas olímpicas (la de plata en Londres 2012 y la de bronce en Pekín 2008) y antes había ganado dos preseas plateadas en las citas planetarias de 2005 y 2007.