La Alianza del Pacífico ante su primera gran encrucijada
Hoy se llevará a cabo la IX Cumbre de la Alianza en México. La gran duda es si la inclusión de otros países o la convergencia a otros bloques es el camino a seguir.
Como grupo, es la octava potencia económica del mundo. Su PIB representa el 37% de América Latina y el Caribe, mientras que su tasa de crecimiento es del 4% ¿Su ingreso per cápita? US$ 10.222. Se trata de la Alianza del Pacífico (AP), que nació hace sólo dos años, como un bloque comercial entre México, Colombia, Perú y Chile, que en conjunto agrupan a casi 214 millones de personas. Desde un inicio, la AP generó gran interés y resultados, pero hoy se encuentra ante una encrucijada, con un debate más ideológico y con la duda de si la inclusión de otros países o la convergencia a otros bloques es el camino correcto.
De ello debatirán hoy en el balneario mexicano de Punta Mita -en el estado occidental de Nayarit- los presidentes Enrique Peña Nieto, el anfitrión; Michelle Bachelet, Ollanta Humala y Juan Manuel Santos, quien acaba de ser reelecto en Colombia. La IX Cumbre de la Alianza del Pacífico tiene como objetivo profundizar su propuesta inicial, que es impulsar un mayor crecimiento y competitividad de las economías de sus integrantes, a través del libre movimiento de bienes y servicios, capitales y personas.
Desde que el grupo vio la luz en 2011, a instancias del peruano Alan García, el plan ha sido destacarse frente al proteccionismo de otras economías de la región y conquistar como bloque los mercados de zonas como Asia-Pacífico ¿Para qué? Para aumentar las exportaciones y atraer una mayor inversión extranjera.
Durante la cumbre mexicana se anunciará un acuerdo para que los jóvenes chilenos, mexicanos, colombianos y peruanos puedan ingresar como turistas a los cuatro países de la AP y realizar actividades remuneradas. Además, los presidentes discutirán la adhesión de nuevos miembros, como Panamá, Costa Rica y Guatemala. Precisamente, este es uno de los grandes desafíos del bloque. Ello, porque la Alianza del Pacífico emergió en una región que ya tiene una serie de foros de integración económica y política, como el Mercosur, Unasur y la Comunidad Andina. En ese sentido, entre la AP y países como Brasil y Argentina hay una gran distancia.
Mientras en Chile gobernaba Sebastián Piñera no hubo mayor ruido en cuanto al ímpetu y la apuesta chilena por la Alianza. Pero el escenario cambió cuando Bachelet asumió La Moneda en marzo. La propia Mandataria y el canciller Heraldo Muñoz han señalado que Chile está dispuesto a seguir en la Alianza del Pacífico, siempre que no se convierta en un bloque político. Actualmente, a excepción de Chile, en todos los países de la AP gobiernan presidentes de centro y centroderecha. Por ello, la misma Jefa de Estado chilena ha dicho que quiere que el país sea una suerte de puente entre el Pacífico y el Atlántico, en una clara señal de que el gobierno no quiere descuidar la relación con Argentina y Brasil. En este último país, por ejemplo, Luiz Inácio Lula da Silva ha dicho que la Alianza pretende "debilitar la integración de Sudamérica", mientras que el boliviano Evo Morales sostiene que el bloque es un "intento de EE.UU. de utilizar a uno o dos presidentes para dividir América del Sur.
Hasta ahora, uno de los grandes logros tiene que ver con la firma, en febrero, de un protocolo comercial que elimina los aranceles del 92% de los intercambios de bienes y servicios. Sin embargo, aún está pendiente el visto bueno de cada Congreso. El bloque, además, exhibe el hecho de que, en conjunto, mueve el 50% del comercio exterior en la región. México ha utilizado la Alianza como una suerte de contrapeso al otro gigante de la región: Brasil. No obstante, para el analista e historiador Lorenzo Meyer, del Colegio de México, "para mi país, toda relación con el exterior, ya sea política o económica, depende de Estados Unidos". "Ninguna política mexicana puede comprenderse sin Estados Unidos, así que realmente para México lo único que importa es Estados Unidos. Los beneficios económicos que ha tenido la Alianza para México son una incógnita", dijo Meyer a La Tercera.
En Colombia ocurre algo similar. Por ejemplo, el agro colombiano está a la expectativa, porque teme que la liberación arancelaria traiga efectos negativos. A su vez, en Perú, el gobierno ha dicho que están muy abiertos al diálogo con otros países y bloques de la región, pero, según fuentes del gobierno, están preocupados por la posición que ha adoptado Chile y también porque ven que la convergencia con bloques como Mercosur es muy difícil.
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